Si quieres deshacerte de esa mala costumbre de postergar, debes iniciar tu jornada haciendo cada día aquella labor más pesada, difícil, urgente o importante.

Probablemente te preguntes ¿por qué debo iniciar por lo más difícil? ¿Cómo logro llevar a cabo esa tarea que me cuesta tanto?

Una razón importante es que al no realizar esa actividad que postergas, pero es necesaria para el logro de tus objetivos, estás retrasando todo tu cronograma y la planificación de los objetivos o, incluso, te pude hacer quedar en el mismo sitio sin avanzar hacia tus metas por tiempo indefinido.

Muy por el contrario, iniciar el día realizando tu tarea pendiente más ardua, estarás poniendo todas tus capacidades y energías al servicio de ella, lo que te asegura poder terminarla más rápido que si la enfrentaras al final del día, cuando ya no tienes otra alternativa, sin el mismo nivel de energía y por tanto con menos capacidad y, lo que es peor, con menor rango de reacción si algo sale mal.

Seguramente acostumbras a hacer tu “to-do-list” cada mañana, o desde la noche anterior, pero te habrás dado cuenta que al final te quedan cosas importantes por culminar.

Iniciar con buen pie

Para poder hacer las cosas más eficientemente, te ofrezco una estrategia que te será de mucha utilidad.

  • Se previsivo. Al menos desde el día anterior, planifica cuáles son las actividades que realizarás la siguiente jornada, de este modo podrás asignar tiempo de ejecución a cada una y determinar qué es posible que hagas en esa jornada y qué no.
  • Ten siempre presente cuáles son tus tareas pendientes. Toma nota de cada cosa que debe ser hecha para así poder decidir si es una tarea que te corresponde a ti o debe ser delegada.
  • Asígnale prioridad a cada una de las tareas pendientes. Elabora tu propia escala de análisis y valoración según lo que es más o menos importante y más o menos urgente para ti o tu empresa, toma en cuenta lo que al final de la jornada te producirá mayor ganancia si lo haces, o mayor pérdida si lo dejas de hacer y encabeza la lista con lo que determines es más importante y más urgente.
  • Equípate para realizar el trabajo. Al realizar el análisis de tus tareas pendientes identifica todo aquello que necesites para realizarla y asegúrate de contar con ello, de este modo evitarás interrupciones para buscar materiales que retrasarán la ejecución de la tarea.
  • Impón el orden en tu área de trabajo. Si al finalizar cada jornada dedicas unos breves minutos a despejar tu escritorio o mesa de trabajo podrás, al volver al día siguiente, comenzar a trabajar inmediatamente sin distracciones ni dilaciones.
  • Aprovecha tus horas de máxima productividad. El establecimiento de una rutina de levantarse, prepararse e iniciar de una vez a realizar la tarea más ardua sin ningún tipo de interrupciones da frutos que podrás recoger cada día.
  • Forma el hábito de comenzar y no parar hasta terminar. Solo 64 días continuos bastan para fijar un hábito, una conducta que pasará a ser natural en ti y que te permitirá ser más exitoso, más eficiente y más eficaz.

Al iniciar tu día haciendo la tarea pendiente más importante y más urgente, estás siguiendo el método correcto. Ten en cuenta que entre mejor planificado estés y mejor establecidas estén tus prioridades antes de empezar, más pronto y mayor cantidad de tareas terminarás, recorriendo el camino hacia el éxito a una velocidad mayor que el resto de las personas y aumentando la probabilidad de alcanzar la meta.

La independencia económica y la calidad de vida por la que estás trabajando están tan cerca de ti como decidas, solo necesitas hacer las cosas de la manera correcta y esa decisión solo depende de ti. Comienza YA.