Te has detenido a preguntar cuántas actividades realizas en el día en piloto automático, es decir, sin realmente tomar real conciencia de lo que haces, de lo que sientes, sin estar en el presente.

Y esto es más común de lo que crees. En el mundo de hoy la prisa, las múltiples tareas y distracciones, como el móvil, u otros tantos dispositivos, nos distancian de nuestros pensamientos y prioridades.

Desactivar el piloto automático significa pues experimentar la vida tal como se desarrolla momento a momento, en lo bueno y en lo malo, sin prejuicios, ni preconceptos. A centrarse en el presente sin preocuparse por el pasado o el futuro, a apagar las distracciones para permitirnos ser productivos y entregar el 100 en cada actividad que nos dispongamos efectuar.

Estudios desarrollados por la doctora Margaret Chesney de la Universidad de California, San Francisco, respaldados además por el Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos, indican que las prácticas de atención plena pueden ayudar a las personas a manejar y controlar ¿Cómo Mejorar tus Ventas con el Mindfulness?situaciones de estrés, a sobrellevar mejor las enfermedades graves y a reducir la ansiedad y la depresión. Y si lo llevamos al ámbito de los negocios, ayudan a estar enfocado, concentrado, sin distracciones, y por ende, sin pérdida de tiempo, ni de dinero. De allí que te invito a hacer conciencia de este concepto y del presente.

Hacer gimnasia del presente o poner en práctica la atención plena, es el mejor antídoto para no dejarte agobiar por el futuro o arrepentirte por el pasado.

La atención plena es la esencia del mindfulness, una enseñanza que proviene del budismo, cuyo origen data de 2500 años a.C.

Su nombre es una traducción al inglés de la palabra sati, en pali, idioma en el que se recogieron las enseñanzas de Buda, y significa intención, atención pura, recepción y presencia del corazón.

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Muchas son las investigaciones y estudios científicos que refieren a los beneficios de esta enseñanza, por ejemplo en el año 2005, la revista National Geographic reflejó en su portada de aquel entonces la imagen de un monje tibetano con la cabeza cubierta de 128 electrodos, y preguntaba: “¿Qué secretos guardan los cerebros de las personas que han dedicado años a la práctica de la meditación budista?”, es decir a la atención plena.

El artículo recogía los resultados de una investigación llevada a cabo por un equipo de investigación de la Universidad de Wisconsin. Los participantes fueron varios monjes budistas del Dalai Lama. El estudio se centró en estudiar el cerebro y de como este se comportaba durante prácticas meditativas. Los electroencefalogramas y las resonancias cerebrales demostraron dos cosas.

En primer lugar, el cerebro de los monjes generaba más ondas gamma en comparación a los estudiados con anterioridad. Eso significa mayor capacidad de atención, consciencia de uno mismo y capacidad de aprendizaje y memoria.

Y en segundo término, la zona del cerebro conocida como córtex prefrontal izquierdo era anormalmente activa. Esto daba a los monjes una inusual capacidad para percibir felicidad y emociones positivas y poca propensión a los estados de ánimo depresivos.

Este estudio permitió descubrir también que el cerebro se puede entrenar y que las partes del cerebro vinculadas a las emociones positivas se pueden desarrollar, tal como si ejercitaras tus músculos.

Ahora bien, preguntarás qué hacer para tomar el control que enciende o apaga ese piloto automático, cómo puedes disponerte a estar presente en todo momento, y para dar respuesta a estas interrogantes, tomé cuatro ejercicios sencillos u útiles del mindfulness que espero te sirvan de apoyo para iniciarte en este tema:

  1. Siéntate o quédate de pie, lo más quieto posible, para tomar conciencia de cada parte de tu cuerpo. Ten en cuenta que al permanecer en un estado totalmente estático, debes prestar atención a cada músculo de tu cuerpo.
  2. Abre todos tus sentidos. Mientras permaneces en silencio y estático piensa en cinco sensaciones que puedas percibir, justo en ese momento y lugar. Es lo que se llama cinco sentidos, cinco sensaciones. La idea es aprender a desarrollar tu capacidad de percibir de forma consciente lo que hay a tu alrededor.
  3. Baja la velocidad de forma consciente. Comienza con tareas rutinarias, precisamente esas que sueles hacer de forma automática. Por ejemplo, a la hora de comer, tómate el tiempo para masticar bien, para degustar los sabores de la comida y disfrutar de su aspecto y de su olor, además de la satisfacción que esta te proporciona, y disfruta.
  4. Aprende a llamarte la atención. Cada vez que te des cuenta de que tienes pensamientos negativos, que te estás preocupando por algo o que te estás distrayendo, llámate por tu nombre. Así, con este sencillo ejercicio, reaccionarás, volverás al presente y te darás cuenta de que estabas divagando.

Son cuatro sencillas prácticas que te ayudarán a estar en atención plena en todo momento, a abrir los sentidos a tu entorno, a enfocarte, mantenerte concentrado y a tomar control de tu vida al apagar el control automático en tu vida.