De acuerdo a la Real Academia Española, Serendipia es un hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual. Por ejemplo, señalan que el descubrimiento de la penicilina fue una serendipia.

Pero la serendipia no es algo mágico, siempre se da cuando hay un factor que lo busca o propicia. Si no, volvamos al ejemplo de la penicilina descubierta por el médico y científico británico Alexander Fleming, reseñan que éste había dejado olvidada una placa de Petri en el laboratorio y al cabo de unos días se dio cuenta de que algo dentro de aquella placa estaba matando las bacterias que había en ella. Él pudo ignorar lo que había allí en la placa, pero decidió estudiarla y descubrir el hongo Penicillium notatum, y lo demás es una historia por muchos sabida que incluyó hasta un Premio Nobel, por esta serendipia.

Tal experiencia ha marcado a la industria farmacéutica, que han añadido a sus protocolos de investigación, eventos inesperados a la espera de que una serendipia se active y logren grandes resultados.

Y de eso se trata esta reflexión, de que logres entender que los eventos inesperados, no por su efecto sorpresa, quiere decir que no puedan ser auspiciados, o creadas las condiciones para que se produzcan. Somos seres humanos maravillosos e inteligentes que podemos propiciar un evento en nuestras vidas, ¿Cómo?, prestando atención a lo que pase a nuestro alrededor, en especial aquello fuera de lo normal.  Equivocaciones, resultados inesperados, pequeñas oportunidades, que tal vez no sean tan pequeñas o errores.

Muchos descubrimientos, buenas ideas e innovaciones han surgido durante una situación inesperada. Por ejemplo te pregunto a ti: ¿Te han invitado a visitar el laboratorio de tu competencia, pero haz declinado por cualquier excusa?, ¿Te han invitado a un viaje de negocios, pero te has negado? ¿Te llegó una invitación a un coctel con personas de tu giro, pero la has rechazado? Déjame decirte que le has cerrado las puertas a la serendipia.

Cuando, por seguridad, comodidad, o simple temor, te cierras a lo inesperado, te estas negando a que te sucedan cosas malas, pero cosas buenas también.

También puedes leer: El Cisne Negro: El impacto de lo altamente improbable

Nada más seguro que la rutina, pero si no salimos de nuestra zona de confort, nunca descubriremos algo nuevo. La clave está en crear condiciones favorables para aumentar las probabilidades de que suceda lo inesperado.

Hazte sentir y dile al mundo donde estas, que haces y que te gusta y gustaría hacer. Por ejemplo, si sales a disfrutar un café y un postre, pero no le avisas a nadie, seguro te sentarás solo, a revisar tus redes sociales, y nadie, salvo la mesera, se enterará de que saliste a tomar un café.

Crear serendipia, no es tarea fácil, pero si se requiere de un mayor dinamismo de tu parte para provocar situaciones y propiciar que el número de cosas que no controlamos o no hemos planeado sea lo suficientemente elevado como para que el accidente afortunado suceda.

Atrévete a decir que si más seguido, en palabras prácticas se requiere de ti:

Lanzar señales al mundo de que existes y lo que aspiras y sueñas.

Di que sí a un mayor número de cosas, por poco habituales o desconocidas que estas parezcan, y muévete, a veces para que te sucedan cosas debes esta, no solo en el momento oportuno, sino también en el lugar adecuado.

¿Cómo lanzas esas señales al mundo? Preguntarás y acá unas claves:

  • Crea contenidos y publica en tus redes sociales, escribe lo que piensas, comparte fotos de lugares donde has estado, comenta algún libro o cita una frase que te ha parecido valiosa. Haz comunidad.
  • Conecta a personas que no se conozcan de tu entorno.
  • Crea zonas de mayor interacción en tu área de trabajo.
  • Atrévete a hacer cosas que habitualmente no harías, por ejemplo seguir a personas o medios en las redes sociales sobre aspectos que normalmente no te atraerían, o leer un libro sobre un género o una temática que nunca leerías.
  • Crea situaciones como viajar más, tomar rutas distintas para ir al trabajo, descubrir nuevos restaurantes. Caminar más y hacer cosas nuevas, adquirir nuevos conocimientos y habilidades.

Abre la puerta a lo inesperado y muévete, que en el momento menos esperado se activará la serendipia en ti.