Hacerse del hábito de la lectura no es tarea sencilla, requieres para ello de tres condiciones vitales: Tiempo, silencio y espacio. Factores que solían escasear antes de que cambiara la rutina de la gran mayoría en el mundo, producto de la pandemia del COVID-19, pero que hoy, en momentos de distanciamiento social, de resguardo voluntario o impuesto en casa, se vuelven habituales.

Ya nada te impide tomar aquel libro que guardabas en tu mesa de descanso y que siempre dijiste que cuando tuvieras tiempo ibas a leerlo. Tampoco es excusa no disponer de libros o no poder acudir a una biblioteca, porque, precisamente, a propósito de estos momentos difíciles que atraviesa la humanidad, miles de bibliotecas en todo el mundo han abierto sus puertas virtuales para que cualquiera con su llave de internet pueda navegar por sus amplios pasillos y tomar el libro de su preferencia, sin mencionar el universo de títulos que hay a disposición en apps como NoteBook, Kindle, Amazon, Google, entre otras.

Una de mis actividades favoritas y hábito de vida es precisamente la lectura, y más la lectura comprensiva y compartida, esa pasión me motivo a impulsar en ActionCOACH, el programa de BookCLUB, clubes de lectura que, dada las circunstancias, he tenido la oportunidad de desarrollar virtualmente. Y aunque nada se compara a la lectura discutida cara a cara, reconozco, luego de esta experiencia, que los encuentros digitales no cambian el propósito, ni ha hecho menos fructífera la experiencia.

Y en este afán de sembrar de BookCLUB a toda Iberoamérica y mejorar los hábitos de lectura de quienes deseen sumarse a esta fascinante y enriquecedora actividad, me dediqué a formular claves para ayudarte, en primer lugar, a tomar con amor e interés un libro, y si ya eres un asiduo lector, a elevar el nivel de comprensión.

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Recuerda que la lectura trae consigo múltiples beneficios, a saber: Estimula el intercambio de información y conocimiento, ahuyenta el estrés, estimula la percepción, la concentración y la empatía. Al tiempo que activas secciones del cerebro que propician la imaginación a partir de acontecimientos descritos en la narración evocando recuerdos y confrontaciones con experiencias personales.

Ahora bien, ¿qué puedes hacer para generar ese hábito de lectura?

Establece un horario para la lectura. A pesar de que, en estas circunstancias cuentas con tiempo de sobra para leer, es recomendable establecerte una hora del día para esta actividad. Hay quienes acostumbran leer antes de dormir, o levantarse bien temprano para leer. Determina un horario, el que más se adecue a tu dinámica, y durante ese tiempo enfócate a leer, sin ningún tipo de distracciones.

Elige un libro que te motive. La lectura es placer, no imposición, cuando lo asumes como una obligación no lo disfrutas, y al no haber disfrute, se dificulta la comprensión. Comienza poco a poco, que sea el interés por lo que lees lo que marque el tiempo que dediques a ese libro.

Monitorea tu avance. Establece metas que sean de fácil cumplimiento, lleva un registro de tiempo de lectura o de número de páginas leídas cada semana y establécete —como tarea— incrementar progresivamente el ritmo de lectura.

Ten a mano un diccionario. Disponer de un diccionario en línea o físico es indispensable para crear un hábito de lectura enriquecedor; la búsqueda del significado de esa palabra que al momento no entiendes, te ayudará a mejorar la comprensión y ampliará tu entendimiento y tu vocabulario.

Intégrate a clubes de lectura virtuales. Contacta a otras personas que lean, sea en tu entorno familiar o de amigos y busca integrarte a algún Club de Lectura. En ActionCOACH tenemos el BookCLUB donde cada mes leemos a los principales exponentes de empresas, finanzas, y otros temas útiles para tu vida diaria y tu negocio.

Pero si ya eres un asiduo lector, y además quieres mejorar tus niveles de compresión, mi recomendación es seguir los siguientes pasos:

Paso 1. Anticípate a la lectura.  Antes de seleccionar un libro, tómate el tiempo e indaga sobre el autor, acerca del tema, familiarízate con el texto, revisa el índice, si tiene gráficos o imágenes, con esta prelectura hallarás el propósito de la lectura de ese libro, así lograrás engancharte y comprometerte.

Paso 2. Evalúate. Apenas culmines el libro, autoevalúate. No se requiere una metodología específica para ello, puedes llevar fichas o anotaciones de lo leído, lo importante es desarrollar la capacidad de hacer un esquema de lo leído, esto te ayudará a tener más clara las cosas y a memorizar mejor y en orden las ideas.

Paso 3. Aplica lo aprendido. De eso se trata la poslectura, de sacar el máximo provecho al texto y desarrollar la manera de aplicar toda la información aprendida. Ten presente siempre que la lectura no es solo leer, es también comprender, aprender, memorizar, recordar e implementar para mejorar.

Aplica estos sencillos pasos, toma un libro y comprométete con su lectura. Te invito, a partir de este momento, a sacar el mayor provecho del tiempo. Ponlo en práctica y hazme saber de tus avances.