Cuando analizas qué actividad es la que marca una diferencia en el logro de tus objetivos a corto, mediano o largo plazo, te colocas en el punto de partida de convertirte en una persona de Alto Rendimiento.

Así cómo los deportistas aprenden técnicas para tener más resistencia y mejorar sus tiempos, tu punto de partida debe ser cómo mejorar la productividad.

¿Te ha pasado que has estado toda una jornada afanado en decenas de actividades y, al final del día, sientes que no has tenido la productividad que esperabas?

Pero también puede suceder que aunque durante ese día hayas resuelto solo una o dos pendientes, esas diligencias eran de una importancia tal que tienes la certeza de que  has sido altamente eficaz en la consecución de tus objetivos.

Una de las razones que hizo que un cliente, Santiago, estableciera contacto conmigo, es que se le dificulta cumplir las metas trimestrales de su empresa. A pesar de que dedica gran parte de su tiempo a gerenciar su cadena de tres agencias de festejos, no logra cumplir las metas que se asigna y no entiende el motivo.

Como sabes, una persona ocupada no es sinónimo de una persona productiva. La mayoría de los ejecutivos diluyen su tiempo entre reuniones y juntas que terminan sin tener peso importante en el logro de los objetivos del Negocio.

Una vez que tengas establecidos tus objetivos y el tiempo en que quieres lograrlos, que llamaremos el “Día D”, debes desglosar una lista de actividades en un cronograma. Esas actividades, que en muchas ocasiones son la base para avanzar a otras, son aquellas que nunca debes postergar.

Pero siempre hay una gran cantidad de pendientes cada día, que pueden requerir tu tiempo, y suelen ser urgentes. Es necesario que las atiendas, pero debes siempre estar muy atento que lo urgente no impida que cumplas con lo importante.

Se trata de la aplicación de la Ley de Pareto en los negocios y la gestión del tiempo. Este principio te indica que el 80% de los resultados que logras provienen de tan solo el 20% de acciones y actividades diarias que desarrollas, y por tanto esas pocas acciones son inaplazables

Aunque los porcentajes pueden variar, el principio de gestión de tus actividades requiere un esfuerzo de enfoque que aunque parece sencillo de escribir, es realmente difícil de aplicar en tu vida diaria, a menos que mantengas una disciplina y constancia que evite distracciones y te otorgue mayor rendimiento.

Para aplicar el principio de Pareto para mejorar tu productividad, una de las claves principales es no ceder a la tentación de comenzar tu jornada con otras actividades distintas a aquellas que son neurálgicas en tu negocio.

Santiago entendió que su actividad principal era mantener al día su sistema de CRM, pero como requería de su parte estar una hora al menos cada día frente a su computadora, lidiando con listas, correos e inventarios, la actividad le parecía tediosa y muchas veces la postergaba. De esa manera su cuerpo de ventas y marketing no tenía los insumos que necesitaba para incrementar la base de prospectos y aumentar la conversión.

Llegar a esa conclusión no fue fácil para Santiago, él se enfocaba mucho en mejorar los tiempos de respuesta a sus clientes, atendiendo la calidad del producto y estas son actividades muy importantes y que se deben hacer con prontitud, pero en definitiva no eran las que podían marcar una diferencia de rendimiento al cierre del año.

Un trabajo coordinado, y su persistencia en aprender mejores técnicas de Negocio, hizo de la agencia de Festejos de Santiago una de las más importantes de todo Nuevo León.

A veces es necesario entrenarte para evitar postergar aquella actividad esencial pero que por tediosa o complicada, inconscientemente dejas de lado. Sin embargo, la parte más dura de cualquier tarea es comenzar a hacerla.

Una vez que asumas con disciplina esta metodología de trabajo, te sentirás motivado al observar los resultados. La velocidad en la que alcanzarás tus objetivos te sorprenderá.