El ser emprendedor implica recorrer un camino con eventos inesperados, frustraciones, aprendizajes, y satisfacciones. Por tanto, es importante saber manejar las emociones que pueden surgir en cada día a fin de mantener el foco y la productividad necesaria.

Una de las emociones con la que vas a lidiar frecuentemente es la vergüenza. Cuando estás emprendiendo tienes que ahorrar recursos y hay muchos trabajos que tienes que hacer tu mismo, además acercarte a ofrecer tu producto a personas desconocidas, y  puede ocasionarte sentimientos paralizantes.

Una manera de vencerlos es que tu motivación al logro del los objetivos sea mayor que la frustración que puedas sentir al llevar a cabo algunas tareas.

Quiero exponerte el caso de David, quien decidió renunciar a su carrera en la administración pública para fundar su escuela de idiomas. Aunque era estimado en el trabajo que recién abandonó, David sentía vergüenza de acercarse a algunos antiguos jefes y relacionados para ofrecerles unos cursos que sabía de sobra requerían muchos funcionarios de esos departamentos. En medio de la imposibilidad de hacer crecer su emprendimiento, decidió empezar uno de los programas para dueños de negocios de ActionCOACH.

Tras llevar a cabo algunas sesiones de coaching juntos, David, descubrió que detrás del sentimiento de “vergüenza” de establecer citas con sus antiguos colegas, se asoma la inseguridad y el miedo al rechazo, vinculado a problemas de autoestima.

Aunque tiene capacidades de sobra para convertir su incipiente negocio en una escuela con reconocimiento en todo el Estado, hasta que David no transforme esa vergüenza en orgullo por lo que hace y lo que está logrando, difícilmente podrá lograr su objetivo.

Saber manejar con inteligencia y vencer emociones paralizantes es uno de los requisitos más importantes que tienes que tener si quieres dejar atrás el ser empleado.

Si realmente no estás dispuesto a vencer ciertos sentimientos paralizantes, entonces evalúa si será mejor mantener tu estatus de empleado. Te recuerdo que no existe nada malo en ser empleado, todas las empresas requieren de excelentes empleados o cooperadores.

Pero si por el contrario, estás convencido de que tienes un producto especial, que va a cambiar la vida de aquellos que lo usen o contraten los servicios de tu empresa, te sucederá tal como a David, quien aprendió a lidiar con algunos sentimientos y sustituyó la vergüenza, por orgullo en lo que hace, lo cual permitió trabajar en su lista de prospectos, levantar el teléfono, establecer citas, y realizar otras tantas actividades necesarias en los negocios.

¿Tus emociones te impulsan al logro o te obstaculizan el camino?, el cómo respondas esta interrogante podría definir que tanto se te dificultará lograr tus objetivos financieros.