Resulta gratificante cuando, antes de asistir a una reunión importante, el espejo te devuelve una imagen que te satisface: ropa adecuada a la ocasión, cabello arreglado, accesorios haciendo juego, todo parece estar conforme a lo planeado.

Si tuvieses un espejo que muestre tu personalidad, tu carácter, tus aspectos más sobresalientes, tus características más oscuras, sentimientos y pensamientos, ¿te sentirías igual de satisfecho?

Muy pocas cosas requieren más maestría que reconocer cuando tenemos una conducta inadecuada, y tener el valor y la tenacidad necesarios para romper ese viejo esquema.

Por lo general, se transita por el mundo sin estar verdaderamente consciente de cuánto afecta a los demás o a ti mismo, el mapa mental y emocional a través del cual te interrelacionas.

Ese es, justamente, uno de los retos más imperativos que se debe afrontar a lo largo de la vida. Es la única fórmula para seguir creciendo, evolucionando, marchando hacia nuestros objetivos.

Dar inicio al proceso de reconocer quién eres, desde una perspectiva cruda, sin excusas, y luego trazar el camino que te lleve al tipo de persona que deseas ser, es una tarea ardua pero inaplazable.

Hasta que no seas consciente de cuál es el problema que puedas tener, no lograrás  iniciar un verdadero camino de cambio.

En el  libro“Los Cuatro Acuerdos”, Don Miguel Ruiz explica que existen tres “maestrías”para alcanzar la sabiduría.

  1. La Conciencia de quienes somos, con todas las potencialidades y defectos;
  2. La Transformación, para dejar atrás todos esos conceptos preestablecidos que no permiten vivir plenamente la vida y,
  3. El Intento, que se trata de ese impulso catalizador que permite la transformación, la divinidad que envuelve a la energía y que se manifiesta principalmente en el amor.

El cerebro, ese centro de conexiones emocionales y de pensamientos, es controlado por lo que creemos, y nuestra forma de ver la vida. Lo maravilloso es que se puede “resetear” y comenzar una nueva programación, una vez que conoces quien eres y sabes a dónde quieres llegar, solo deja que el impulso transformador se mantenga activo cada día y que despliegue su magia para que el espejo te muestre un mejor tú cada día.