¿Por qué ante iguales circunstancias hay personas que triunfan en determinada situación y otras sencillamente se hunden en la desesperanza? No es difícil adivinar que tu sistema de creencias es el cristal a través del cual miras todo lo que sucede en tu vida.

También está vinculado directamente al autoreconocimiento de tu valor y capacidades, aquellos juicios y opiniones que tenemos de nosotros mismos y el ambiente circundante. ¿Ves tu mundo como un sitio hostil del cual hay que protegerse, o cómo un lugar lleno de oportunidades?

Desde jóvenes, en nuestro hogar, nos van moldeando la manera de enfrentar las distintas circunstancias y, a partir de ahí, van naciendo nuestras creencias, y la mayoría de ellas nos acompañan hasta el final de nuestras vidas. Algunas son muy positivas y valiosas, y otras son el producto de los miedos heredados de nuestros padres.

Si comprendes esto, estás en capacidad de modificar esos paradigmas que obstaculizan tu éxito y se convierten en saboteadores de tu vida laboral o emocional. En ocasiones, esas decisiones, o la falta de ellas, que terminan alejándote de tu objetivo. Son fáciles de reconocer pero, en la mayoría de las ocasiones, se ocultan detrás de una montaña de “legítimas razones” por las cuales no tomaste la decisión correcta.

¿Cómo reconocer el autosabotaje?

A mis clientes les recomiendo, en primer lugar, que abandonen cualquier tipo de excusa: cuando eliminas los pretextos, te das cuenta que no hay razón para no haber obrado de determinada forma. Incluso, brindar justificaciones a terceros, sabiendo que no son ciertas, te acostumbra a tener siempre un pretexto a la mano para evitar tomar las decisiones correctas.

Luego de eso, reconoce tus creencias limitantes y trata de modificarlas inmediatamente: elimina de tu vida las frases tipo “A mí no se me da el dinero”, “Soy  flojo para los ejercicios”, “Soy muy malo en las relaciones de pareja”, “No sirvo para vender”, “Soy muy malo con los números”, “Mi esposa, hijo, jefe, vecino se molesta si lo hago”…  y un sin fin de etiquetas que te autoimpones para mantenerte en un estado de victimez de tus circunstancias que impiden que actúes con responsabilidad para lograr solucionar tus problemas.

La victimez, aunque no te haga feliz, igual te mantiene en una zona de confort ya que no tienes que esforzarte para alcanzar algo, porque sencillamente “no puedes”, “no eres así” o “algo no me deja”. Puedes ver esa circunstancia como un vaso medio lleno o medio vacío, como un reto o como una dificultad.

Cualquier avance de tu situación actual para mejor, inicia en un cambio de tus creencias y en un esfuerzo consciente de cambio. Ese es el camino. Inicia comentándome abajo dos conductas de autosabotaje, que te mantienen en victimez  y cómo las vas a evitar. ¡Espero tus comentarios!