Los hábitos son rutinas de eficiencia y son determinantes en la toma de decisiones, para una buena toma de decisiones es preciso comprender cómo se forman los hábitos en nuestra vida. Para cambiar esos hábitos por otros que nos permitan adaptarnos a las nuevas circunstancias, es fundamental estudiar el ciclo de los hábitos.

Charles Duhigg, en su libro “El Poder de los Hábitos”, sostiene que el proceso para la formación y consolidación de un hábito en nuestro cerebro es un ciclo de tres pasos. La señal, la rutina y la recompensa.

La señal es el detonante que indica al cerebro que puede poner el piloto automático y el hábito que pondrá en práctica; seguidamente está la rutina, que puede ser física, mental o emocional, y, por último, la recompensa, que ayuda a nuestro cerebro a decidir si vale la pena recordar en el futuro este ciclo en particular.

Con el tiempo, este ciclo de señal, rutina y recompensa se va haciendo cada vez más en automático y acaba formando un hábito. Lo más importante y valioso es que cuando logras fragmentar un hábito en sus componentes, puedes aprender cómo modificarlo.  En otras palabras, puedes aprender nuevos hábitos, transformar los hábitos negativos en positivos, no solo en lo personal, sino además en tu práctica diaria y en tu forma de hacer negocios.

Ten en cuenta que los buenos líderes aprovechan las crisis para rehacer los hábitos de su negocio.

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Segura estoy de que esta lectura te ha llevado a identificar algunos hábitos que crees necesarios atraer a tu vida, como aquellos relacionados a realizar una mayor actividad física, mantener un mejor control sobre las finanzas, aprender cosas nuevas, leer, o quizá hacer el hábito de buscar prospectos para hacer crecer tu negocio cada día que pasa.

Y esto forma parte de esos cambios que la crisis de la COVID-19 ha impuesto en la vida de millones de personas, en lo personal, por ejemplo, hemos asumido una higiene extrema, hemos aprendido a compartir en espacios reducidos, la educación en el hogar; mientras que en el negocio hemos hecho un mayor uso de la tecnología, reducido costos, desarrollado juntas de negocios cada vez más frecuentes y una mayor empatía hacia nuestro equipo de trabajo y hacia los más necesitados.

Y es precisamente en este punto que quiero detenerme para que reflexiones sobre tu situación actual, que es la misma de millones de seres en el mundo. Si en este momento de confinamiento, por razones de seguridad no puedes hacer cosas que tenías por costumbre, porque ahora que tienes tiempo dadas las circunstancias, no aprovechas para crear nuevos hábitos en tu negocio.

Algunos hábitos que te recomiendo formar y reforzar en este tiempo de cuarentena son:

  • Revisa de forma continua los estados financieros.
  • Realiza juntas de forma periódica para hacer el seguimiento a los resultados.
  • Mantén la planeación anual, trimestral, semanal y diaria.
  • Manéjate con una agenda por bloques.
  • Haz networking.
  • Atrévete a pensar fuera de tu caja, a pensar disruptivamente.
  • Aprende a delegar.
  • Lee libros de negocios.
  • Estudia y participa activamente en webinars.
  • Desarrolla y fomenta un pensamiento crítico.

La clave está en entender que el cambio de hábitos es posible, que esta cuarentena es una oportunidad de oro para lograrlo. Y que tal como han descubierto los científicos, cuando las personas se ocupan de sus hábitos, no solo cambian sus vidas, también los negocios pueden hacerlo. Y tú, ¿cuáles hábitos vas a adoptar?