Es difícil entablar una conversación con gente nueva cuando estamos en un evento, cualquiera que este sea, definitivamente y más cuando somos de carácter reservado, circunspecto, discreto, cauteloso o introvertido, vamos en pocas palabras y más coloquialmente, somos callados, no nos gusta exteriorizar o relacionarnos.

Por muchas razones somos así, quizás nunca lleguemos a encontrar el origen, lo interesante aquí y la buena noticia, es que es un atributo que podemos cambiar, sí decidimos hacerlo, en mi caso lo tuve que hacer derivado de mi trabajo de Coach de negocios, donde para encontrar prospectos o dueños de negocio, empecé a desarrollar toda una serie de estrategias y técnicas para vencer el miedo a relacionarme con personas, en múltiples eventos, aunque es bueno decir que es formidable conocer mujeres y hombres muy interesantes, lo cual se va convirtiendo en una experiencia muy agradable y hasta emocionante.

ESCUCHAR DE MANERA ACTIVA.

Lo primero que tuve que entender y aprender sin duda es a hacer preguntas y escuchar de manera activa, este es un concepto que bien vale la pena desarrollar como una habilidad, hice una lista de preguntas de apertura, o bien para abrir una conversación, que podía hacer para cualquier momento y empecé a darme cuenta que era muy sencillo, preguntas como:

¡Muy buen evento! ¿No le parece?

¡El clima es muy agradable! ¿Verdad?

¿Es la primera vez que participa en un evento como este?

Me ha parecido muy buen la intervención, ¿No le parece?

Veo que ha estado muy atento(a) ¿Qué le parece el evento?

Y la lista sigue, lo interesante es que inmediatamente después, hacer una segunda pregunta y a escuchar de manera activa, ¿de que se trata eso de escuchar de manera activa?, simplemente estar atento a obtener más información para seguir haciendo preguntas, interesarse realmente por la otra persona, escuchar y preguntar. La gente le gusta hablar de uno mismos, de lo que hace, de lo que piensa, de lo que opina, y nosotros realmente escuchar en cuerpo, alma y mente. Nunca es bueno escuchar, pensando que le responderemos o que le platicaremos, hasta llegar a una ansiedad por interrumpir.

Pensar en preguntas que activen su conversación: ¿Qué me está diciendo? ¿Para qué lo dice? ¿Cuál es su inquietud u objetivo? ¿A qué se dedica?, y sí acaso, emitir un verdadero ¡Qué interesante!

 

NUNCA DAR UN CONSEJO.

 

Sócrates decía: “No puedo enseñarle nada a nadie, sólo puedo hacerlos pensar”.

Realmente habemos gente que estamos tentados a compartir alguna experiencia capacitadora, que nos parece interesante o bien dar un consejo, incluso, resolverle la vida y en realidad lo que menos quiere la gente es que le resolvamos la vida. Vale la pena resistir esa tentación, tratando de ser un centro de atención, lo que le gusta a la gente es que lo escuchen e incluso ellos mismos logran darse respuestas lo cual también es muy interesante, cuando le preguntas: ¿Y qué ha hecho al respecto?

Incluso creo que la magia de ser un buen conversador es preguntar, preguntar y preguntar, y valorar a la persona que tenemos al frente, hay casos que a la plática se suman más personas, respondiendo y lo interesante es que sigamos repartiendo preguntas como: ¿Y usted qué opina de este asunto? ¿Y usted a que se dedica? ¿Cómo ha resuelto o atendido esa situación o reto? ¿Cuántos años de experiencia tiene en esta área, profesión o actividad? Es increíble el poder que se tiene haciendo preguntas para lograr una buena conversación.

 

CONVERSACIONES FAMILIARES.

 

Sí bien esto aplica para conocer y relacionarnos con personas nuevas, sin duda funciona de manera excelente con nuestros familiares, hasta los más cercanos, para conocer que piensan, como resolvieron ciertas situaciones, hasta que sienten, todo por medio de preguntas, claras y directas, sin esperar terminen para refutarles, responderles o bien, anteponer nuestro punto de vista.

Las conversaciones en cualquier ámbito son muy valiosas ya que logran entre otras cosas:

  • Hacer pensar al otro.
  • Ir más allá de lo que ya sabes.
  • Aprender cosas nuevas.
  • Ir fuera de la caja.
  • Abordar situaciones familiares nuevas y creativas.
  • Conocer nuevos territorios.
  • Además de conocer gente nueva.

 

¿ERES BUEN CONVERSADOR?

 

Es interesante e importante auto evaluarse continuamente, como buen conversador, aunque he de decir que no nos gusta que nos evalúen, es bueno hacerse las siguientes preguntas:

 

¿Cómo son mis conversaciones?

¿Son restrictivas?

¿Logran apertura?

¿Logran lo que deseas?

¿Abren posibilidades?

¿La otra persona las disfruta?

¿Sonrió al escuchar?

¿Formulo preguntas mentales al escuchar?

¿Cuándo escucho ocupo mi mente con juicios?

¿Qué tan efectivas son tus conversaciones?

 

Considero que un conversador inteligente, un buen conversador es aquel que gusta de apreciar a los demás, entendiéndolos e interesándose, por lo que tienen que decirme, creo que, en ocasiones, he visto personas conversando que se escuchan a sí mismas, con conceptos e ideas que ya saben, y la otra persona realmente no le está escuchando, porque está preparando mentalmente el argumento, la respuesta o la disertación para comparar, o competir con el otro.

Soy Jorge Arzate Coach de Negocios