En el mundo empresarial actual, la palabra fracaso dejó de ser vista como un freno a la hora de que una persona pueda desarrollar un proyecto de negocios.  Y esto se debe a que ya no existe ese concepto de las “personas fracasadas” como tal, sino de los proyectos que por diferentes razones no llegaron a salir adelante.

Uno de los grandes escritores motivacionales que impulsó esta tendencia fue el norteamericano Zig Ziglar (1926-2012), para quien el fracaso está vinculado directamente con el evento o la experiencia, pero nunca con una persona en sí misma.

De acuerdo con esta visión de Ziglar, “si aprendes de tus fracasos, no has fracasado pues el único fracaso verdadero es no aprender”.

El escritor, nacido en el estado de Alabama, supo, desde pequeño, que para crecer hay que tener una actitud positiva ante la vida, lo cual permite aprender mejor de las experiencias que se viven todos los días por más duras que las mismas sean.

De hecho Ziglar, quien era el décimo de doce hermanos, perdió a su padre cuando apenas contaba con sólo seis años de edad, y a los pocos días también falleció su hermana menor. Esto hizo que desarrollara una fuerte resiliencia, es decir esa capacidad que tiene una persona no solo para superar situaciones traumáticas, sino también para seguir adelante.

Por eso es importante tener claro que cada experiencia, si se sabe digerir con serenidad e inteligencia, puede surtir de información suficiente sobre cómo hacer las cosas en los próximos retos.

En el caso de Ziglar no solo estuvo en la Marina estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial,  sino que también cursó estudios en la Universidad de Carolina del Sur, y dedicó gran parte de su vida al mundo de las ventas.

Una de sus grandes ideas es que “nadie fracasa a menos que lo acepte como tal”, la cual supo plasmar en numerosos libros, como Puedes alcanzar la cima y Ventas: El manual definitivo para el vendedor profesional.

Cuestión de buena actitud

Ahora que ha quedado claro que del fracaso se obtienen herramientas para salir adelante, es necesario tener en cuenta que la actitud, más que la aptitud, es una pieza clave para lograr las metas que se propongan.

Para Ziglar, “tu actitud, y no tu aptitud, determina tu altitud” y esto se debe a que con buena actitud cualquier objetivo puede estar a nuestro alcance.

Entonces si una persona tiene buena actitud, en sus manos está conseguir aquello que desea. Sin  embargo hay que estar consciente que  alcanzar la actitud correcta no es un proceso sencillo, pues no es lo mismo que adquirir una técnica que se hace con preparación y práctica.

La importancia del Carácter, el compromiso y la disciplina

Además de la actitud, es necesario contar con el carácter, el compromiso y la disciplina necesaria para sacar un proyecto adelante.

Para Ziglar el carácter es lo que nos saca de la cama, el compromiso lo que nos pone en acción y la disciplina lo que nos permite seguir adelante.

  • El carácter es esa fuerza de espíritu que impulsa a lanzarse y asumir nuevos riesgos en la vida.
  • El compromiso es la determinación y lo que empuja a dar lo mejor de uno mismo.
  • La disciplina es la constancia que permite construir hábitos que conducen al éxito.

Ziglar sostiene que “con esos tres ingredientes se puede hacer un buen guiso en el mundo del desarrollo personal”.

Ziglar: Claves para alcanzar el éxito

Todos estamos destinados al éxito y sobre ese punto desarrolló una serie de frases claves que sirven de guía para alcanzar los objetivos y metas que buscamos.

Naciste para ganar: Para ser un ganador debes planificar cómo ganar, prepararte para ganar y esperar ganar.

-Todo ser humano tiene magia en su interior: Todo ser humano es único y por lo tanto todo el mundo está destinado a tener éxito, pues no existen piezas defectuosas en el universo.

-Ganar es conseguir: Siempre y cuando, desde la autenticidad propia, se haga aquello que a uno le gustaría ser, hacer y tener.

 -Todo proceso es exigente: Primero hay que tener el deseo por lograrlo; segundo, la determinación por materializarlo; tercero, la fe en la posibilidad de hacerlo; cuarto, la estrategia para verlo hecho realidad; y quinto, la paciencia para no desistir por el camino.

Teniendo en cuenta estas claves, si le sumas una buena actitud aderezada de carácter, compromiso y disciplina, resulta difícil pensar en que la ruta para desarrollar un proyecto pueda llevarte al fracaso. Si quieres saber cómo lograrlo, busca al  ActionCOACH de tu ciudad.