Seis décadas persistiendo y soñando, seis décadas sin desmayar en su propósito, esta tenacidad fue lo que mantuvo a Wally Funk con la mirada fija en el espacio, lugar al que pudo volar a sus 82 años de edad, convirtiéndose en la persona de más edad en volar al espacio.

Gracias a la tecnología, el mundo fue testigo de la hazaña de Wally, la octogenaria astronauta que viajó al espacio a bordo de Blue Origin, junto al multimillonario fundador de Amazon, Jeff Bezos, su hermano Mark y un joven de 18 años.

Esta mujer conoció el rechazo por su género, luego por su edad, sin embargo, esto no la amilanó nunca.

Lo que siempre deseó Wally Funk desde los inicios de la carrera espacial, era volar hacia el espacio.

Para ello, entrenó duramente y logró ser seleccionada para un programa secreto de la Fuerza Aérea de EE. UU. impulsado por el doctor Randy Lovelace, que reclutó a la que iba a ser la primera promoción de astronautas mujeres, conocidas como las Mercury 13. Entre ellas se seleccionaría a la primera estadounidense que volaría al espacio, posiblemente a la Luna.

Seleccionaron a 25 mujeres, 19 se inscribieron al programa y 13 superaron las pruebas. Durante el entrenamiento tuvieron que afrontar duras pruebas físicas y mentales, en las cuales Funk, de 21 años entonces, batió el récord absoluto de permanecer flotando en el agua en un tanque de aislamiento durante 10 horas y 35 minutos.

Pese a que habían superado todas las pruebas, algunas incluso con evaluaciones superiores a la de sus compañeros, apenas la NASA y la armada de EE. UU. descubrieron el programa, procedieron a cancelaron de manera inmediata.

Esta decisión discriminatoria, alejó a Funk de sus sueños, solo eso, la alejó, logrando cumplir su anhelada meta seis décadas después.

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Pero ¿qué atributos podemos tomar de esta gran mujer y su hazaña, que pueden servir de claves o lecciones a ser implementadas por emprendedores y aún más, por otras mujeres emprendedoras?

Apasionada. Volar ha sido el sueño y la pasión de Wally Funk, no en vano, tomó su primera clase de vuelo a los nueve años de edad, y a los 20 años obtuvo su licencia de piloto profesional. Desde entonces, ha registrado 19.600 horas de vuelo en su carrera y enseñado a unas 3.000 personas a volar.

Esa pasión la ha mantenido firme en su meta, a pesar de los rechazos y las negativas que ha enfrentado en su largo andar.

Precursora. Si algo ha demostrado Funk en estos 82 años es no temerle a las primeras veces.  Ese espíritu la llevó a convertirse en la primera instructora de vuelo en una base militar de Estados Unidos, en ser la primera mujer en completar el curso de la Academia de Inspectores de Operaciones de Aviación General de la FAA, primera investigadora de seguridad aérea de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de EE.UU. destacando el más reciente logro, ser la pionera aviadora y la persona de más edad en volar al espacio.

En constante formación. La trayectoria y el crecimiento de Wally ha estado marcada por diplomas, certificaciones y por su incesante formación. Al no lograr su sueño de llegar al espacio a los 21 años, se dedicó a mejorar su formación como piloto aéreo. En 1971 obtuvo la calificación de inspectora de vuelo de la Administración Federal de Aviación (FAA), haciéndose una carrera en procedimientos de Certificación de Pilotos y Pruebas de Vuelo, manejo de accidentes e infracciones.

Resiliente. La capacidad de superación de Wally Funk la llevó a superar múltiples escollos. Luego de enfrentar la eliminación del programa de las Mercury 13, se produjo otro rechazo, esta vez en 1978. Ya contaba con 40 años de edad y la NASA había cambiado su política de admisión de mujeres en su programa de entrenamiento de astronautas. En esa oportunidad decidió postularse al programa de capacitación, lo hizo cuatro veces, pero esta vez argumentaron que la NASA requería que los astronautas tuvieran un título en ingeniería, entonces trató de inscribirse en un programa de ingeniería, pero le dijeron: “Eres una mujer, ve a casa”.

Persistente. Seis décadas de espera y 82 años de edad no han detenido el sueño de Wally de llegar al espacio. “No pensé que alguna vez conseguiría ir arriba”, dijo al cumplir su sueño.

Disruptiva. La historia de Wally Funk es inspiración y motivación, no solo para personas que ya han alcanzado la adultez y como tales asumen que ya es tarde para hacer realidad sus sueños, sino además para las mujeres en general. Se trata de una mujer que, a pesar de ser rechazada por su género, persistió, rompió todos los esquemas y se convirtió, en la primera mujer de 82 años en cruzar al espacio y en la persona más adulta.

Muchos dirán que ya cumplió su meta y que ya se retirará, pues están muy equivocados, porque su sueño no ha terminado, y ya aspira formar parte de la siguiente tripulación del programa Virgin Galactic del británico Richard Branson.

Esta magnífica mujer, cuyo nombre está inscrito desde el 2017 en el Muro de Honor del Museo Nacional del Aire y el Espacio del Smithsonian en reconocimiento a su contribución a la herencia de la aviación y la exploración es, sin duda, ejemplo y modelo para cualquier soñador y emprendedor, pues personifica grandes valores como tesón, mejoramiento constante, resiliencia, valor y persistencia.