ActioCOACH Lic María Inés Morán
El ejemplo es la mejor manera de demostrarle a los demás cuáles son las conductas o procedimientos adecuados que traerán éxito o felicidad. Tu comportamiento grita a tu mundo lo que a veces callas: ¿eres cumplido en las tareas que debes hacer? ¿mantienes un proceder proactivo? pero también ¿evades impuestos?, ¿descargas música sin respetar los derechos de autor?.

Muchas veces observamos conductas indeseadas en nuestros empleados, en nuestros hijos y nos ofrecemos para orientarlos sobre el mejor camino y las consecuencias que puede traerles mantener una conducta insana, pero la mejor manera que tenemos de transmitir lo que deseamos es ser consistentes y brindar el ejemplo.

Quienes conviven con nosotros en nuestro negocio, nuestra vecindad o en la intimidad familiar, no pueden evitar darse cuenta de cómo respondes ante los retos diarios, y, lo que es más importante, tu comportamiento tiene una influencia directa en ellos, por eso lo ideal es mantener una conducta honesta en público y en privado. ¿Hay que ser perfecto para dar el ejemplo?

No te entristezcas si reconoces en tí, errores y defectos que consideras te hacen incapaz de predicar con tu conducta, como llevar un buen negocio o una familia unida y feliz. Sería un error pensar que ocultar tus defectos es la mejor manera de poder dar el ejemplo. Por el contrario, si las personas que nos rodean nos ven esforzándonos en superar esos aspectos menos deseados de nuestra conducta, estamos dando el mensaje correcto.  ¡El reconocimiento de tus defectos es el primer paso para trabajar en su erradicación! y así como reconoces tus defectos, debes conocer tus virtudes que se basan en los valores de tu vida.

Qué son los valores?,  son los principios que dirigen nuestro comportamiento, delinean nuestras aspiraciones en lo personal, lo intelectual, lo financiero, encaminados hacia su perfeccionamiento o realización.

Mientras más fuertes sean estos valores en nuestra vida, mayor consistencia en nuestros actos demostraremos. Entonces te pregunto, ¿Eres más consistente con tus valores o con tus defectos?, es allí donde radica uno de tus objetivos: desechar las actitudes y acciones que no son positivas para tu vida y mantener la consistencia en los valores que has decidido mantener.

El ser coherente con tus principios y valores, otorga a tu vida una sensación de paz, no excenta de retos, pero sabiendo que vas por el camino correcto para alcanzar el éxito, la prosperidad, la paz, la unión familiar, el conocimiento, la buena forma física, o cualquier objetivo propuesto, acorde con un valor que lo sustente y con la consistencia en las acciones que tomarás.

El ejemplo está ahí constantemente, y la fuerza con la que puedas transmitirlo dependerá de tus valores y de la firmeza de tus actos. Actúa en consecuencia.