Si te dijera que las cantidades de dinero que ingresan a tus cuentas, no es lo que te volverá rico, ¿me creerías?. Es lo que haces con tus ingresos lo que determina tu riqueza, ¿Te parece lógico?, vamos a explicarlo mejor.

Me encanta la forma en que Robert Kiyosaki, autor del conocido libro “Padre Rico, Padre Pobre”,  explica la diferencia entre el activo y el pasivo. Hasta un niño de cinco años entenderá si le dices que “activo” es tener algo que mete dinero en tu bolsillo, mientras que el pasivo, es algo que saca dinero de tu bolsillo.
La pregunta que podríamos hacernos es ¿de qué forma, manejar esos conceptos, puede influir en volverme rico?.  La fórmula es sencilla: si tu gastas más de lo que te ingresa, nunca vas a tener riquezas pero si deudas; por el contrario, si gastas menos de lo que te ingresa es justamente esa utilidad que va quedando en tus cuentas lo que te llevará a ser acaudalado.
Pongamos las cosas más interesantes todavía, si eres un empleado y recibes un sueldo, pero vives “en el punto de equilibrio”, donde gastas todo lo que te ingresa, eres una persona pobre, independientemente de si tus ingresos son unos pocos cientos de dólares o millones al mes. Si por el contrario, te va quedando una utilidad y la vas acumulando, vas en buen rumbo para alcanzar la riqueza.
Aunque el camino a la libertad económica es entrar en el competitivo mundo de los negocios, hay ciertas creencias que te limitan para dar el salto hacia hacer realidad tu sueño de fortuna. Uno de ellos es el suponer que ser un empleado con un salario grandioso, puede llevarte a ser rico, cuando la realidad es que, tal como te he explicado anteriormente, ingresoy riqueza son dos cosas separadas y en la mayoría de los casos, incluso no relacionados.
Déjame colocarte el ejemplo de Gonzalo, quien es el amable vigilante del edificio donde tengo mis oficinas. Siempre me ha sorprendido la sabiduría empírica sobre las finanzas que ha demostrado. Actualmente es un jubilado que cuenta con su pensión del seguro social, pero en lugar de irse a casa con la poca renta que ofrece una jubilación de los países latinoamericanos, Gonzalo decidió mantenerse en el mercado laboral y por ello a sus bien conservados 70 años, se desempeña como vigilante en el complejo de oficinas. Al poco tiempo de entrar a trabajar, Gonzalo ofreció a quienes pasábamos todo el día en la oficina, su servicio de lavado de vehículos. En vista de su buen trabajo y la comodidad que eso suponía, fue aumentando el número de coches, ante lo cual, organizó y coordinó con los otros vigilantes el lavado de los autos y ahora cobra un porcentaje por conseguirle a sus compañeros esos clientes. Por si fuera poco, comenzó a separar los desechos de las oficinas en material reciclable, sumando, en consecuencia,  un nuevo ingreso vendiéndolo a la industria.
Otro elemento a favor de Gonzalo es su austeridad en los gastos, pues siempre dice que puede vivir cómodamente con lo que tiene. No se necesita ser un gran matemático para darse cuenta que Gonzalo es un hombre que sabe cómo volverse rico, porque se ha procurado diversas formas de ingresos, rentas y utilidades por un lado, y por el otro tiene un control racional de sus pasivos sin gastar en tantas cosas  innecesarias que llamamos “bagatelas”, pero eso es tema de nuestro próximo artículo.