Dentro de la serie destinada a analizar las distintas maneras de reducir los costos de tu empresa, hay un punto de inicio y es justamente tu casa.

Muchos emprendedores comienzan su negocios con grandes sueños, lo cual es fabuloso, sin embargo en su inexperiencia desconocen que la clave del éxito es también mantener, desde el primer momento, un control en la administración.
Lamentablemente, un alto porcentaje se lanza a la aventura de montar un negocio y en seguida comienzan a incurrir en una serie de gastos sin haber asegurado antes los ingresos. ¿Te parece que para comenzar el emprendimiento debes hacer esos gastos?.
La realidad es que muchos negocios pequeños pueden iniciar operaciones desde la casa. Esto reduce ostensiblemente los gastos. Imagina que tu meta es tener una empresa que brinde servicio técnico de computadoras, pero si comienzas rentando un local, suscribiéndote a los servicios de agua, luz, internet, reparaciones y adecuaciones al local… se empiezan a acumular una serie de gastos antes de abrir operaciones y terminas destinando todos tus ingresos, y hasta un poco más, solo para pagar los gastos fijos. En ocasiones es difícil salir de esa trampa en que nos hemos metido.
Por ende, si trabajar desde tu casa es una opción, ¡no la desperdicies! Piensa que incluso tienes ventajas fiscales que pueden ayudar a tus finanzas en esos primeros meses de operación, mientras estabilizas tu cartera de clientes. Esta opción es ideal sobre todo para las empresas que prestan un servicio.
Hoy en día hay una casta de muy jóvenes emprendedores que son unos geniecillos de la computación y trabajan en ropa de dormir desde su cama. Bueno, si eres uno de esos, no tendrás problema alguno para desarrollar tu trabajo, pero en mi experiencia, lo que he visto que funciona en el resto de las personas es que hay que procurarse un espacio de tu casa que funcione como oficina y verlo de esa manera.
Cuando comencé a trabajar en ActionCOACH, lo hice dentro de mi recámara, donde tenía mi escritorio con mi computadora y el teléfono para comenzar a hacer citas. Cada mañana al despertar tenía la misma rutina de arreglarme para ir a la oficina, aunque lo que hacía era sentarme en mi mesa, que le daba la espalda a la cama. Esto me funcionó por tres años, y una vez que pude tener una buena base, ya pude invertir en una oficina y todo lo que significa el mantenerla funcionando adecuadamente.
El trabajar desde tu casa, no obstante, implica poner ciertas reglas y disciplina a todos los miembros que conviven contigo. He conocido hombres de negocio que funcionan bajo esta modalidad que deben advertir y educar a sus hijos que no pueden estar haciendo los ruidos y gritos propios de los juegos infantiles, porque puede interferir en las llamadas telefónicas, en los webinar o en las conversaciones que tienen con los clientes.
Otro punto a tomar en cuenta es ponerte un horario de trabajo, porque sucede en ocasiones que se suele desdibujar la línea que separa el trabajo de las actividades del hogar y terminas no rindiendo lo suficiente en tu negocio ni atendiendo la casa.
 Por último, piensa en esto: si eliges trabajar desde tu casa, ten organizado y arreglado el lugar que servirá de oficina. ¡Es el génesis de tu gran empresa y debes asumirlo con esa visión!, entonces arréglalo bien, no lo dejes en desorden, al lado del cesto de ropa sucia y la ropa colgando del asiento, porque de seguro eso también tiene un impacto en tu productividad.
Como ves, es posible y muy productivo trabajar desde tu casa, si sigues estas pequeñas orientaciones. Al momento de querer iniciar tu empresa, pregúntate si es posible comenzar en tu hogar, tal como sucedió con muchos emprendedores. Recuerda que la gigante Apple nació en el garaje del adolescente Steve Job en Palo Alto, California. ¿Puedes ser tu el siguiente en emprender así?