En todos, los aspectos de la vida, las decisiones que puedas tomar son determinantes. Te van marcando el camino hacia un desenlace, bueno o malo, satisfactorio o decepcionante, pero todo depende del rumbo que le imprimas a tus acciones en un momento determinado.

Aprovecho para preguntarte:¿Cuál camiseta vistes en este instante, la de empleado o la de empleador? O, mejor aún, ¿dónde y cómo quisieras estar en este momento, al frente de tu propio negocio, o trabajando en el negocio de otros?

En su libro El Millonario de la Puerta de Al Lado, Tomas J. Stanley  recuerda que “sólo 20% de la población económicamente activa está entre los llamados Dueños de Negocio y más del 75% de todos los Millonarios son Dueños de Negocio”

Normalmente, el ser Dueño de un Negocio es una decisión personal, forjada con mucho trabajo, un tanto de creatividad, algo de suerte pero, sin duda alguna, con gigantesca voluntad de sacar adelante ese proyecto, esa idea que ha dado vueltas en la cabeza durante mucho tiempo.

A veces el catalizador de la decisión puede ser un evento inesperado en tu trabajo, que finalmente ofrece la oportunidad para que des paso a tu nueva etapa de emprendedor.

Así sucedió con Santiago, un ejecutivo de alto nivel, con una amplia experiencia gerencial cifrada en décadas, y con reconocimiento de sus conocimientos más allá de las paredes que conforman la empresa donde se destacó  desde   hace una buena cantidad de años.

Un buen día, le llegó una carta de reconocimiento por todos los años de servicios prestados, acompañada de la notificación de su despido por reducción de personal. La empresa para la cual trabajó,   desiste de su trabajo por atravesar una severa crisis.

Aunque, en un principio, se sintió decepcionado y poco valorado, hoy da gracias a la llegada de ese buen día, pues era el empuje que le faltaba para iniciarse en el camino del emprendimiento.

Ahora Santiago es dueño de una franquicia. Aunque le costó vencer la tentación de colocarse nuevamente en un empleo, lo cierto es que luego de dos años ya está planificando adquirir una segunda franquicia.

A las puertas de comenzar un año nuevo, puedes formularte el objetivo de iniciar tu propio negocio para tener la libertad financiera y de acción que mereces. Solo tienes que decidirte por la camiseta adecuada para ti. Estoy segura que puedes lograrlo.