¿Quién ha dicho que a los 65 años no puedes emprender un negocio? Puede ser que ya estés sobre esa edad, que hayas tenido éxito y ya no tengas apuros financieros.

Además, probablemente ya tus hijos estén fuera del hogar y que vivas de tus rentas y dividendos. Si ese es tu caso, te felicito y te animo a que no frenes ese ánimo emprendedor que te ha acompañado toda tu vida.

El proceso de ser un emprendedor no debe morir, quizás no quieras crear una empresa donde tengas un cargo operativo, pero puedes aprovechar las ventajas de estar en tu edad dorada, disfrutar de una vida saludable y con metas alcanzadas para buscarte un socio joven – un millennial – que podría ser el complemento perfecto para ti.

Fíjate que los llamados millennial, son una excelente opción para asociarte. Se puede hacer un complemento perfecto entre ambas edades, ambas visiones de negocio, ambos momentos de vida.

Tu aportas aspectos valiosos como tu experiencia en la vida y los negocios, el músculo de tus buenas decisiones, tu capital financiero y buena historia crediticia.

Por su parte el millennial tiene la juventud, la fuerza, la creatividad, y el dominio tecnológico para ejecutar un negocio prósperamente, pero carece de fuerza financiera para arrancar su emprendimiento.

Por tanto, esa asociación es un ganar-ganar donde cada quien pone lo mejor de sí mismo. Tú apuestas tu madurez y capacidad adquisitiva frente a la casi incansable fuerza de trabajo, entusiasmo, juventud  así como la disposición de asumir riesgos, para crear un equipo ganador en los negocios, y que ambos se conviertan en el complemento perfecto del otro. ¿Te animas?