Las juntas semanales ofrecen información valiosa sobre la marcha de la empresa y permite tomar decisiones conociendo mejor las variables que intervienen.

Sea una junta de ventas, de planeación, para analizar el cumplimiento de las metas o cualquier otra circunstancia importante de tu negocio, de esas reuniones de intercambio de información deben resultar decisiones.

A veces sucede que a pesar de tener la información a la mano, la dirección de la empresa dilata la toma de decisiones, principalmente aquellas no rutinarias y que conllevan un costo emocional o económico importante. ¿Vale la pena ese exceso de prudencia?

Viví un dilema de este tipo con Jacinto y Santiago un par de hermanos dueños a partes iguales de un taller de frenos de automóviles que contaba con una gran cartera de clientes, pero que estaba pasando dificultades operativas originadas por la disparidad de criterios y opiniones entre los socios. Del diagnóstico inicial pudimos darnos cuenta que Ana Rosa, la esposa de Jacinto, era la encargada del equipo de comercialización y tenía poco conocimiento de ventas, a la par de mantener un carácter fuerte y problemático que desmotivaba al equipo de vendedores.

Santiago reconoce la necesidad de sustituir a Ana Rosa por alguien de mayor competencia en el área, pero esa decisión había sido pospuesta por casi tres años, debido a la oposición de Jacinto y las complicaciones familiares que ocasionaría.

Los años transcurridos sin haber tomado alguna medida correctiva, sin lugar a dudas estaba llevando a la ruina al negocio que generaba 25 empleos directos y casi 60 empleos indirectos.

Lamentablemente, a veces, hacer lo correcto en una empresa puede resultar desagradable, o difícil, pero asumir esa decisión evitará males mayores e, incluso, puede mejorar sustancialmente las condiciones sociales, laborales, organizacionales o financieras de la organización.

Por tanto, una de las características más valiosas del equipo directivo de tu negocio, debe ser la capacidad para asumir decisiones adecuadas y oportunas.

Para decidir en los negocios, debes minimizar las conjeturas y basarte en datos, estadísticas, reportes, relaciones causa-efecto, y cualquier otra información, incluso debes atender tu propia intuición.

Para la familia no resultó fácil esta decisión, incluso a partir de la salida de Ana Rosa de la empresa, ya la relación comercial de los hermanos se había deteriorado tanto que decidieron desmontar la sociedad que tenían sobre el negocio.

Al final Santiago se hizo con la totalidad de las acciones y estamos trabajando desde hace casi dos años en la reorganización y crecimiento de su taller, sobre bases sólidas, con una gerencia fuerte y comprometida con los resultados.

Tomar decisiones no es tarea sencilla, pero ayuda a reenfocarse y avanzar en el plan de trabajo, Además, el resultado, sea bueno o malo, ofrece oportunidades de aprendizaje. Por donde lo mires, siempre es mejor decidir que dejar las cosas pendientes.