Los primeros pensamientos que tengas al levantarte por la mañana son los que regirán tu estado de ánimo y el modo en el que enfrentarás las tareas que tienes por delante.

Ser consciente de lo que has logrado hasta ahora y no enfocarte solo en lo que te falta es muy efectivo para conseguir mantener la motivación necesaria para alcanzar tus objetivos a corto plazo.

Pero para ello es necesario reconocer los resultados que te han llevado hasta donde estás.

“Conseguí un nuevo cliente”, “Hay un 50 % de avance en el inventario”, “Listo y enviado a tiempo el pedido” o “El proyecto ya está elaborado” son, en el ámbito profesional, algunos de esos pensamientos que contribuyen a mantener en foco y en un estado de ánimo proactivo y positivo.

Pensar en positivo es un hábito que se desarrolla y fortalece con la práctica diaria. Tener pensamientos positivos te conduce a ejecutar acciones positivas de manera habitual, impactando de esta forma todo lo que emprendes en tu vida.

Con demasiada frecuencia he conocido a personas que se enfrentan a sus labores cotidianas con una actitud negativa que incide en su desempeño. No hay ninguna buena razón para no alegrarse si cada día despiertas para hacer lo que has elegido, hacer triunfar el negocio que has emprendido o hacer lo que debes para llegar a la meta que te has trazado.

Esta clase de actitud frente a la vida y el trabajo modifica tu estado emocional reduciendo los niveles de estrés y mejora la salud física significativamente. Además que contribuye a despertar la creatividad en lo que haces.

Está comprobado que el cerebro se activa más rápidamente al logro si parte de una lista de actividades alcanzadas o en vías de alcanzarse en lugar de una sin ningún avance.

Para comenzar puedes hacer lo siguiente:

  • Enfócate en el presente. Preocuparse por lo que pueda salir mal no resuelve ningún problema, ocuparse de que todo salga bien sí.
  • Usa un lenguaje positivo. Quejarse continuamente de todo te impide ver las bondades que tiene cada cosa, nuestra palabras provienen de nuestros pensamientos, si son negativas es porque nuestros pensamientos también lo son y necesitas cambiarlos.
  • Acepta que no todo es perfecto. Ser positivo no implica negarse a ver que habrá obstáculos y que no siempre se logrará alcanzar la meta al primer intento, implica aceptar el aprendizaje y descubrir cómo hacerlo mejor la próxima vez.
  • Interactúa con personas positivas. La gente de la que nos rodeamos permean nuestra personalidad, rodearte de gente positiva ayudará a que con más frecuencia pienses y actúes de ese modo.
  • Sigue aprendiendo. Nuevos conocimientos abren nuevas maneras de enfrentar los obstáculos, nuevas maneras de triunfar.
  • Se agradecido. Recordar todas las cosas que has logrado o te han enseñado algo, te ayudará a mantener un enfoque positivo.
  • Visualiza el éxito. Recrea en tu mente un evento positivo que te haya ocurrido o que quieres que ocurra, imagínate en medio del mismo y recrea sus circunstancias y siente la emoción que te produce el éxito. Abre tus ojos y mantén ese estado positivo en tu mente.
  • Medita. Existen muchas técnicas, pero el objetivo de todas es ayudar a vaciarte de todo pensamiento para alcanzar un estado de tranquilidad que impacte tu mente, tu cuerpo y tu espíritu ayudándote a desprenderte de la negatividad.

Como parte de tu entrenamiento para habituarte a tener pensamientos en positivo, elabora cada día una lista de tareas por cumplir y metas por alcanzar pero comenzándola con alguna de las conquistadas el día anterior.

Esa lista te permitirá hacer debido seguimiento a las labores, reduciendo al mínimo que queden cabos sueltos por descuido, dándote la oportunidad de replantearte, a lo largo del día, cuáles deberás delegar o cuáles posponer para asegurar su éxito. ¡Toma el control!