Ser una persona millonaria, poseedor de la fortuna más grande del mundo, dueño de tu propia isla y tu lago, propietario de tu compañía de aviación, magnate naviero y poseedor de uno de los yates más lujosos, para muchos ha podido ser solo un sueño, un anhelo, mientras que para otros, como Aristóteles Onassis, logró ser toda una realidad.

Resulta interesante resaltar las buenas prácticas y hábitos que siguió Aristóteles Sócrates Onassis, (1906-1975), para convertirse en el magnate griego más famoso de la industria naviera del siglo XX y el hombre más rico del mundo de su época, estrategias que si a él le funcionaron, por qué a ti no.

  • No te dejes vencer ante los obstáculos. Para este hombre también conocido como el Griego de Oro, nunca el mar estará calmado por lo que si quieres llegar a la cima debes aprender a “navegar con vientos fuertes”.

Es un intricando camino lleno de tropiezos, ya sea cuando inicias tu emprendimiento, o luego cuando te propones labrarte un espacio en el mercado, o procuras mantenerte en esa posición ventajosa, son problemas tras problemas, así lo vio Onassis, quien estaba convencido de que la riqueza se lograba resolviendo problemas.

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Negar la realidad u ocultar los problemas, no los resuelve. La serenidad del mar en el único lugar que debe estar en la mente, pues en momentos turbulentos hay que mantener la serenidad para mantener la calma, pensar con claridad y actuar con eficacia.

 

  • Diferénciate. Cuando le preguntaban a Onassis cuál era el secreto de su éxito, él contestaba: “¿Ve usted esa silla de ahí? Pues, yo la vi primero”. Su filosofía de vida se centró en ser el primero en saber algo que nadie más sabe.

Su capacidad para anticiparse y asumir riesgos, fueron dos aspectos claves para el éxito de sus negocios. Primero, en el negocio de importación de tabaco, y segundo, para desarrollar desde Buenos Aires el mercado de fletes marítimos que dio paso a sus navieras.

  • Prepárate y prepárate. Onassis cultivó siempre una cultura y hábitos de trabajo fuertes, su éxito en los negocios no fue fruto de la suerte, sino del trabajo duro y la preparación. Cuentan como anécdota que, justo antes de asistir a una cita de negocios, Onassis se cuestionaba en voz alta, y se hacía todas las preguntas que posiblemente le harían, preguntas que respondía con exactitud, como si tuviera en frente de una audiencia.

Ensayaba sus relatos y respuestas, se anticipaba a sus adversarios; para él, mientras mayor era la preparación, mejores eran los resultados que podía obtener.

Una preparación dirigida no solo a perfeccionar lo que tú sabes hacer, sino sobre lo que hacen y saben los demás, este es un excelente y valioso consejo.

  • Trázate aspiraciones sin límites. Para Onassis, no puedes lograr grandes cosas pensando como un hombre común y corriente. Y así lo demostró, para él no había imposibles.

Otra anécdota que habla en esencia de su visión fue cuando compró su primer barco en Uruguay, todos veían una ruina y un fracaso, él vio una oportunidad en el mercado. Ese primer fracaso fue lo que le abrió las puertas hacia el mundo naviero, donde triunfó y alcanzó la cima.

En medio de la crisis mundial de 1929, compró dos barcos y tras la II Guerra Mundial el Gobierno de Estados Unidos los puso a la venta, producto de ello, compró trece cargueros, esa operación fue decisiva en la construcción de su fortuna.

  • Aprende a escuchar. Onassis tenía el don del convencimiento, era elocuente y también supo escuchar y leer a quien tenía por delante.

Su clave fue saber hablar y saber escuchar, para persuadir y convencer a los otros sobre sus propias ideas.

Es a través de la escucha activa que aprendes y percibes todo a tu alrededor, comprendes lo que habla el interlocutor y puedes captar sus intenciones. Así fue Onassis, gran líder, no solo elocuente al hablar, sino también que supo escuchar.

  • Mira el fracaso de forma distinta. Para Onassis, el fracaso no era algo negativo, siempre lo vio como oportunidad para mejorar. La magia está en levantarse y retomar el camino.

 

Aristóteles Onassis fue un hombre que sufrió duras pérdidas en su vida, se mantuvo en la mira del mundo, fue apasionado, supo afrontar los riesgos, supo levantarse y siempre salió adelante, sin duda, un grande de los negocios, que dejó un legado de enseñanzas y fue un ejemplo a seguir.

De sus incontables citas me quedo con una que refleja muy bien quien fue y resalta sus deseos de trascender:

Al final sabré que así mismo con incontables dudas, soy capaz de construir una vida mejor. Y si todavía no me convencí de esto, es porque creo en el dicho “todavía no llegó el fin” porque al final no habrá ningún “tal vez”, pero sí la certeza de que mi vida valió la pena y yo hice lo mejor que pude. ARISTÓTELES SÓCRATES ONÁSIS