¿Te has preguntado si “tolerar” es el verbo correcto para conjugar tu vida? ¿Quieres una vida “tolerable” con confort? o ¿preferirías una vida plena, llena de satisfacciones a pesar de las dificultades que conlleve?

Como cada persona, construyes las circunstancias en las que te desenvuelves. Eliges una profesión, un empleo, una meta, una pareja, la cantidad de hijos que tendrás, la vivienda en la que moras, todo con la intención y la esperanza de estar lo más confortablemente posible.

Pero esas comodidades que has construido a través de los años, la llamada zona de confort, puede convertirse en una engañosa trampa que te impide crecer y avanzar.

Si tu vida es demasiado fácil, probablemente estás estancado y vives de manera rutinaria, repitiendo comportamientos que de tanto ejecutarlos te salen automáticamente.

Con mucha frecuencia aquello que menos te apetece hacer y que más miedo te produce es una gran oportunidad de crecimiento y solo hace falta que decidas cambiar la perspectiva con la que percibes el mundo.

La vida en tu Zona de Confort

En tu zona de confort, esa en la que te mueves con confianza pues es un entorno que dominas, las cosas te resultan conocidas y cómodas, sean estas agradables o no.

Un ejemplo de estos es cuando permaneces en un ambiente de trabajo que no te hace feliz, que no te da lo que requieres, o mantienes tu empresa en un mismo nivel, con los mismos clientes, con el mismo nivel de producción y ventas, y permaneces bajo esas circunstancias porque es lo que conoces y puede que estés interpretando el cambio como un salto al vacío con sus consabidos riegos.

Tus habilidades, conocimientos, actitudes y comportamientos también pueden formar parte de tu zona de confort, conoces a la gente de tu entorno, sabes cómo tratarla, sabes inclusive cuáles son sus más probables respuestas a determinadas motivaciones y por incómodas que sean, estás habituado a manejarlas y sabes que puedes tolerarlas.

Haz el siguiente ejercicio

Imagina que a tu alrededor hay un área claramente determinada en la que te sientes cómodo o al menos seguro, una zona determinada por tus espacios (casa, lugar de trabajo, sitios que frecuentas) y por tus rutinas, por tus propiedades y relaciones personales.

Fuera de esa zona de confort y alrededor de ella hay una zona más amplia llena de posibilidades, un área que podrías decidir llamar “zona de riesgo”.

Salir de tu zona de confort, por propia voluntad u obligado por las circunstancias, a una zona de riesgo decididamente no suena atractivo, percibes el peligro inherente y todas tus alertas se activan en contra de todo lo que pueda ocurrir o aparecer.

Pero ¿y si en lugar de salir a una zona de riesgo lo hicieras a una de aprendizaje? Visualiza el espacio alrededor de tu zona de confort como una zona que te permitiría ampliar tu visión del mundo conociendo otras maneras de entenderlo, desarrollando nuevas habilidades, generando nuevas actitudes y comportamientos que te prepararían para obtener nuevas y mejores cosas, elevando tu calidad de vida.

Zona de Aprendizaje

Puedes decidir ser de las personas que disfrutan salir de su zona de confort y entrar en la de aprendizaje. Tienes ante ti la la posibilidad de ampliar tu zona de confort incorporando nuevos elementos que se traducen en nuevas y mejores oportunidades, nuevos negocios, mayores posibilidades de alcanzar la libertad financiera por la que tanto te esfuerzas. Si puedes imaginarlo, puedes hacerlo.

Existen muchas estrategias que pueden ayudarte a salir de tu zona de confort y es recomendable que revises algunas de ellas, por lo pronto te ofrezco estos tips que podrían ayudarte en este nuevo etapa que emprendes.

  • Busca toda la información que necesites para enfrentar cada nuevo reto. Busca información confiable que te ayude a estar más informado y preparado. Acude a los especialistas de probada experiencia y de reconocida trayectoria, lee sus libros, escucha sus conferencias, eso te ayudará a tener una mejor perspectiva sobre lo que debes hacer.
  • Planifica tus pasos y da uno a la vez. Con el panorama claro sobre lo que debes hacer para alcanzar tus objetivos, imponte metas reales, realizables y estipula lapsos de tiempo concretos para cumplirlos.
  • Asume cada reto como una oportunidad de crecimiento. El temor al fracaso es probablemente el obstáculo más grande que debas enfrentar cuando quieras salir de tu zona de confort. No malgastes energías concentrándote en la posibilidad de fallar, y enfócate en las oportunidades que te esperan.

Cambiar lo que tienes no significa que lo pierdes, significa que añades, que sumas, que amplías. Cambio significa desarrollo. Implica salir de tu zona de confort y atravesar tu zona de aprendizaje para vivir grandes retos.

Por consiguiente, lo que una vez te produjo temor e inquietud, será de ahora en parte de tu zona de confort, una vez que hayas aprendido las lecciones, que te prepararán para enfrentar nuevos y más grandes desafíos. Esto aplica tanto para los aspectos personales de tu vida como para tu empresa.

Muchas personas actuando de buena fe, te van a advertir los riesgos que corres, para que sientas que las cosas pueden salir mal, y así convencerte que arriesgarse no tiene sentido.

Pero tú tienes una meta, un plan de vida o de negocios que sabes que es posible cumplir y obtener los frutos que te has planteado, no dudes, solo prepárate suficientemente y cruza la puerta y sal a vencer todos los obstáculos que se te presenten sin importar todos los intentos que sean necesarios.