El Miedo a la Mediocridad, es ese sentimiento de temor a fracasar o desempeñarte deficientemente y puede producirte conductas de ansiedad al pretender que todo salga perfecto, o lo que es peor, puede hacerte caer en un problema de indecisión que conlleva a un estancamiento de tu negocio o de tu vida
La empresa Samsung, retiró su último modelo Galaxy Note 7 del mercado y solicitó a todo el que lo hubiese adquirido que lo devuelva al distribuidor, luego de una serie de incidentes donde la batería explotaba. Hasta septiembre de 2016 había vendido 2,5 millones de esos teléfonos alrededor del mundo.
Resulta muy lamentable y costoso el retiro del mercado de ese producto, pero estoy segura que ni siquiera hubiese salido el Samsung Galaxy 1, si el equipo de producción estuviese esperando la perfección.
¿Cuántas veces, sin planearlo mucho, logras reunir un grupo de amigos o personas y resulta una velada inolvidable? Parecía que todo estaba en contra, no hubo mayor planificación, pero por el contrario, resultó delicioso. Para un alma perfeccionista, el pensar que pueda ocurrir un evento sin planificación, resulta en una angustia que a veces le resulta difícil superar…. Porque está directamente relacionado al miedo que algo no salga bien y que sea blanco de críticas.
Puedes estar llenando de tensión y ansiedad tu vida de manera innecesaria. La perfección es una ilusión que puede ahogar tu productividad o la vida misma. Intenta hacer las cosas lo mejor posible, calculando bién el riesgo, la perfección viene después.
Hace años conocí a Carlos Manuel, un abogado competente que tenía tiempo buscando una asistente, tenía en su mente muy bien delineadas las características profesionales, personales, y hasta de aspecto físico que aspiraba contratar. Tres veces consiguió la candidata perfecta y ninguna duró más allá de los 6 meses. En la práctica, no calzaban las aptitudes para el cargo. Tuvimos una conversación muy grata en un café del norte de Monterrey, donde intercambiamos opiniones sobre su proceso de contratación y el perfil del aspirante.
Luego de un año, Carlos me comentó que unos días después de nuestro encuentro, entrevistó a una joven quien a primera vista no parecía llenar casi ninguna de las características que deseaba Carlos Manuel, sin embargo la contrató, y me comentó que desde que ingresó María Gracia, su asistente, se hizo cargo de problemas básicos y fundamentales que le atrasaban su trabajo, a tal punto que, antes del año, le aumentó el sueldo por productividad. Quien no parecía ser perfecta, resultó “La Mejor”, aunque adolezca de algunas de las características que Carlos Manuel buscaba, pero su sagacidad superó con creces la necesidad de las otras cualidades.
Para evitar ese miedo a la mediocridad, puedes hacer un ejercicio:
Trata de recordar tres experiencias que pensaste serían perfectas y resultaron desastrosas y otras tres que te atreviste a llevar a cabo a pesar de saber que no eran perfectas pero te dieron grandes resultados.
Una vez que reconozcas tus miedos a la mediocridad, escondidas en tu afán perfeccionista, te será más fácil cumplir tus objetivos. Inténtalo.