El legado que dejó el líder y pacifista surafricano, Nelson Mandela, no solo marcó la historia política de la humanidad, sino que su ejemplo de perseverancia y fortaleza sigue siendo fuente de inspiración para los que quieren luchar contra el miedo y ganar en la vida.

Tu puedes verte reflejado en el pensamiento de Mandela, para que logres enfrentar, con éxito, el miedo que te genera seguir adelante con ese proyecto personal o de negocio que tienes en mente desde hace tiempo, pero que aún no has podido consolidar, desarrollar o sencillamente dejaste engavetado porque no te sentiste capaz de lograrlo.

La clave de Mandela para conquistar al miedo

El peor error que puedes cometer cuando sientes miedo ante algo que te impide seguir adelante es inquietarte y, por lo tanto, evitarlo, en vez de enfrentarlo.

Debes saber que al miedo no se le derrota de una vez, sino poco a poco y cada vez que lo afrontes.  Mandela sabía muy bien eso porque creía que no era valiente aquel que no tenía miedo, sino el que sabía conquistarlo.

En las mismas experiencias de vida, de seguro te habrás dado cuenta, alguna vez, que cuando no evitaste el miedo y no huiste de él, el miedo que sentiste se hizo más pequeño, se achicó y al final se diluyó.

De esta manera,  puedes llegar a ganar confianza en ti mismo, porque -al igual que Mandela lo hizo al estar décadas en la cárcel- los valientes también tienen miedo, pero ellos sí aceptan el reto.

Mientras el cobarde se deja dominar por el miedo, el valiente le hace frente y no intenta esconderlo. Por eso, tú debes saber aceptarlo y buscar la forma de someter tu miedo, para así no convertirte  en algo menor de lo que puedes ser en verdad.

Enfrenta la adversidad y descúbrete a ti mismo

Mandela creía que, a menudo, la adversidad era una gran aliada para descubrir talentos ocultos o para obligarnos a desarrollar ciertas habilidades.

Por eso, cuando te has visto empujado por las circunstancias a salir de tu zona de confort o has tenido que enfrentar el miedo que te tenía paralizado, es muy probable que terminen aflorando muchas de tus cualidades que no habían tenido la posibilidad de manifestarse o desarrollarse anteriormente.

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Esto te debe hacer reflexionar sobre el hecho de que, desde la comodidad de la rutina, es muy complicado que logres desafiar tus propios límites.

No obstante, cuando logras enfrentarte al miedo y a la adversidad del día a día, vas descubriendo  parcelas de ti  mismo que seguro desconocías hasta el momento.

Recuerda que, casi siempre, los momentos fuertes de aprendizaje tienen que ver con situaciones de incomodidad y muchos talentos nacen de la necesidad de encarar ese tipo de situaciones.

Levántate siempre para mirar hacia el éxito

Si hay un líder político que supo entender que la mayor gloria no es no caer nunca, sino levantarse siempre, ese fue Mandela, quien pensaba que el éxito consiste en ponerse de pie cada vez que uno se cae al suelo.

Entonces, si tú te caes siete veces en el camino para alcanzar el éxito en tu proyecto de vida o negocio, levántate ocho para que así te enrumbes definitivamente hacia el éxito.

Y, aunque algo te parezca imposible, seguramente no lo es hasta que no intentes hacerlo. Así ha sido siempre a lo largo de la historia, por eso, la palabra imposible es una de las más peligrosas del diccionario, ya que desactiva la búsqueda de soluciones y de acciones.

Esto se debe a que tu cerebro, una vez que procesa que algo no está a tu alcance, pues deja de buscar acciones y soluciones, se desconecta y da por finiquitado el asunto.

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En cambio, cuando crees que algo es posible, entonces tu mente permanece alerta para encontrar todo tipo de recursos y alternativas que te permitan hacer realidad lo que quieres, dejando de lado cualquier pensamiento sobre cosas imposibles o miedos que puedas sentir.

Sigue adelante con tu proyecto o negocio, y recuerda que, si caes en el camino, nunca desistas en lograr lo que te propones, más bien levántate y continúa con la mirada puesta  hacia el éxito como lo hizo Mandela, porque lo peor en la vida es resignarse y darse por vencido porque allí el juego sencillamente termina.