He tenido la oportunidad de conocer a personas de escasos recursos pero de gran talento, quienes, a lo largo de su vida, se han encontrado con encrucijadas importantes. La forma cómo reaccionan ante esos acontecimientos marcan su presente y su futuro.
Hay quienes por su talento logran conseguir un trabajo acorde a los estudios que hayan tenido, pero gracias a su capacidad y determinación, comienzan a resaltar por encima de los otros. Sin embargo, la vida de estas personas normalmente está llena de escasez que hace más difícil su día a día. Vamos a poner como ejemplo la forma como afecta el clima, cuando no se tiene automóvil.
En ocasiones representa todo un problema trasladarse hacia el trabajo en transporte público sin reparar en las inclemencias del tiempo: lluvia, nieve, verano, ventisca….
Y es ahí, en esos problemas cotidianos, donde he visto que algunas personas desertan de sus responsabilidades. Siguiendo con el ejemplo del tiempo, en época de lluvia, algunos no quieren mojarse y prefieren esperar a que escampe antes de acudir a sus obligaciones. Lo cual obviamente los hace llegar tarde o no llegar.
Otras personas pueden ser propensas a enfermedades, quizás producto de una alimentación con bajos nutrientes, lo cual también les resta horas de productividad. A lo largo del tiempo, estas circunstancias, les van afectando en su progreso hasta que muchos terminan siendo despedidos o ellos mismos “tiran la toalla” y renuncian.
Afortunadamente, hay otro tipo de personas que pertenecen a ese grupo sociocultural y que también destacan por su talento, pero han desarrollado una diferente tolerancia a la frustración, y no están sujetos a aquellas inclemencias del tiempo o, incluso, acuden al trabajo enfermos, porque su sentido de responsabilidad así se lo impone. Ese compromiso, que los hace querer caminar “la milla extra”, les permite que puedan descollar y tener un futuro muy diferente a sus compañeros descritos anteriormente.
Quiero que te lleves como mensaje de vida que tú eres más que las circunstancias. Tu progreso depende de la actitud que asumas frente a los problemas que te puedas encontrar. Así como he visto este tipo de personas que terminan rendidos ante lo que les parece inevitable, también hay quienes asumen plenamente la libertad de elegir y la responsabilidad de hacer lo correcto, y se alzan sobre las dificultades. ¿Cuántos atletas hemos visto superar graves condiciones físicas para hacer hazañas que incluso a personas completamente sanas nos parece difíciles de conseguir?
Entre las circunstancias de tu vida, y la respuesta que tengas ante ella, hay un espacio íntimo en el que tú debes decidir qué hacer con ello, si rendirte o asumirlo como un reto para construir tu futuro y el de tu familia.
Nadie ha dicho que tendremos una vida sin obstáculos ni problemas, forman parte del vivir, lo que sí resulta imperdonable es que tú, que tienes una voluntad inquebrantable y un espíritu que vuela alto, te rindas ante ello. ¡Demuestra de qué estás hecho, adelante!