La perseverancia es una de las principales características diferenciadoras entre éxito y fracaso. Es una cualidad común entre quienes logran alcanzar grandes metas y que los separa de quienes viven vidas promedio.

Los atletas que compiten en maratones deben imponer su voluntad sobre su cuerpo, al exigirse a sí mismos, mantener la marcha a pesar de que la resistencia física y el cansancio hacen mella en su ánimo. De igual manera, para triunfar en los negocios, hay que enfrentar los problemas que van apareciendo, y aprender de ellos.

Quienes han logrado algo importante se toparon con los mismos obstáculos desalentadores que hicieron abandonar a muchos otros antes y después que ellos. Gracias a ciertas habilidades, entre las cuales está la perseverancia, superaron las dificultades y cosecharon el éxito.

El mundo de los negocios está lleno de personas que prefieren no asumir algunas de estas habilidades ya sea por temor, por falta de seguridad, o cualquier otra circunstancia.

También sucede que muchos emprendedores comienzan, con mucho empuje e ilusión, a perseguir su sueño, pero ante los primeros obstáculos desisten de su idea.

¿Estás dispuesto a asumir la responsabilidad de tu vida más allá de las excusas para alcanzar tus metas?

La Perseverancia de Gates

Me gusta recordar el caso de Bill Gates y su socio Paul Allen. Gates, comenzó su carrera en el ámbito de la informática con un gran fracaso: durante los años 70, mientras cursaba estudios de bachillerato junto a Allen, emprendieron un negocio de computación desarrollando un software que leía los datos, sin procesar, de contadores de tráfico, convirtiéndolos luego en informes útiles para los ingenieros de tráfico.

La iniciativa, que contó con gran aceptación, se convirtió en inútil muy rápidamente cuando el estado de Washington ofreció tabular los datos gratuitamente, eliminando la necesidad de pagar por el servicio.

Pero de este intento fallido, Gates y Allen aprendieron cómo escribir software y crearon una empresa emergente llamada Microsoft. El resto ya es historia.

Habilidades del Triunfador

El motivador John Maxwell, considera que los líderes exitosos reúnen al menos siete habilidades que los conducen a tomar las mejores decisiones y lograr lo que se proponen.

  1. La habilidad de “rechazar el rechazo”. Una persona exitosa tiene la capacidad de no aceptar un “no” como respuesta y seguirá buscando con perseverancia hasta encontrar a alguien con su misma visión y capacidad de ver el potencial de su propuesta.
  2. La habilidad de aceptar la propia responsabilidad tanto en el fracaso como en el éxito. El único medio de corregir los errores es asumir la responsabilidad que se tenga en ellos, afrontar las consecuencias y volver a intentarlo; de igual forma, asumir que alcanzar una meta es fruto del propio esfuerzo, te alentará a seguir intentando vencer nuevos retos.
  3. La habilidad de ver el fracaso como algo pasajero. Cuando tienes una idea y la convicción de que es posible desarrollarla y convertirla en algo concreto, necesitas comprender que fallar no es un estado permanente y que es solo parte de los ensayos necesarios para lograr hacer realidad tu sueño.
  4. La habilidad de establecer metas realistas. Fijarse como meta un punto inalcanzable, solo te generará desaliento y desesperanza. Por el contrario, reconocer para qué estás preparado y cuáles pasos debes dar antes de proponerte proyectos de mayor envergadura, es un modo eficaz de alcanzar el éxito: Sólo necesitas ser paciente e ir creciendo, dando un paso a la vez.
  5. Enfocarse en las fortalezas que se tienen. No se trata de ignorar tus debilidades, si no de aprovechar al máximo las posibilidades que te ofrecen tus fortalezas y ponerlas al servicio de la idea que estás desarrollando.
  6. La habilidad de plantearse diversos caminos al éxito. Hay más de un modo de alcanzar la meta, la clave es la capacidad de adaptar tu plan a las circunstancias que se te vayan presentando. Siempre existe la posibilidad que la ruta que inicialmente te planteaste no sea la adecuada para ese momento y debas diseñar una nueva que te conduzca hacia dónde quieres dirigirte.
  7. No temer intentarlo de nuevo las veces que sean necesarias. Para emprender se hace necesario vislumbrar que hay mucho que aprender. Mientras se obtiene lo que se espera, hay que entender que, en más de una oportunidad, tocará dar unos pasos hacia atrás y retomar el rumbo con una nueva estrategia, basada en la lección aprendida con los fallos cometidos. Esto hay que hacerlo todas las veces que las circunstancias lo exijan.

De las experiencias de los hombres y mujeres de más éxito del planeta se desprende la misma enseñanza: Solo perseverando, como en un maratón, sin miedo al fracaso, es posible alcanzar el triunfo. Inténtalo.