Cualquier persona que decida esforzarse un poco más en cada tarea que haga, obtendrá resultados extraordinarios. Sí, he dicho bien: “Cualquiera”, incluyéndote, y lo único que debes hacer es decidirte a vivir fuera del montón seleccionando esforzarte más de lo que hace el común. Es todo.

Quiero hablarte de Napoleón Hill, quien fue pionero en la primera mitad del siglo XX en motivación y autoayuda; su libro “La Milla Extra” mantiene su vigencia sobre lo importante que es “ir más allá de lo que se le exige”. Uno de sus principios fundamentales es la idea de que por naturaleza el ser humano tiene el poder innato de aplicar este concepto, que responde a necesidades básicas de supervivencia.

En sus páginas pueden leerse ejemplos aleccionadores de grandes líderes exitosos, como Charles Schwab, Frank Woolworth, Carols Downes, Williams Durant, quienes ascendieron gracias a su hábito de mantenerse siempre haciendo “un poco más”.

Cuando estás posicionado en esta actitud de “ir más allá”, de dar el extra… de manera simultánea estás desarrollándote profesionalmente, de modo que exigirte esa “milla extra” te puede permitir tener una vida, no solamente llena de riqueza, sino de felicidad.

He tenido la fortuna de ver personas que han dado la milla extra en su trabajo y en su vida personal. En el trabajo no puedo dejar de mencionar a mi padre, Alberto Morán Pacheco, quien trabajo más de 50 años en la Industria Petrolera de Venezuela, desde principios del siglo XX, cuando era explotada por transnacionales y, luego de nacionalizada, con la Empresa Maraven. Mi padre se vanagloriaba al decir que con una sola mano podía contar las veces que había faltado al trabajo a lo largo de los 50 años de vida activa. Acudía a su trabajo cuando estaba enfermo y sus superiores lo enviaban de regreso a su casa a descansar. “Prefiero que ellos mismos me regresen a  estar avisando que no podía asistir”. No en balde se inició como el chico que llevaba los papeles entre las oficinas de los jefes en una época en que no existían computadoras, fotocopiadoras o impresoras, hasta llegar a altos puestos directivos en la petrolera.  Además, tuvo una formación integral que le valió una alta especialización en el área, con entrenamientos internacionales equivalente a una licenciatura con maestría. Durante muchas décadas su nombre fue ejemplo, para los nuevos empleados, de honestidad, trabajo y dedicación más allá de sus funciones y recibió condecoraciones y reconocimientos de la empresa y del Gobierno Nacional por su dedicación al trabajo más allá de lo requerido.

También he tenido la fortuna de ver personas que dan la milla extra en el ambiente personal. Tengo una amiga, Sara, muy querida y cercana, que se formó como enfermera en Tel Aviv, Israel. Y puedo decir que la manera en cómo cuida sus amistades puedo compararla a la asepsia como trabaja de enfermera: cuida el mínimo detalle para que sientas deseos de su amistad, te llama en los momentos claves, tiene palabras de aliento, siempre abre su casa para invitarte a saborear unos panecillos que ella misma hornea. Tiene un interés genuino por tus problemas y desafíos, pero también es muy generosa con su propia vida, compartiendo lo que ella ha visto a lo largo del mundo.

Conociendo la fórmula del éxito, detente a pensar: ¿Qué es lo más redituable que puedes hacer?, comienza a dar los primeros pasos tanto en el trabajo, en el negocio como en la familia y obtendrás ese beneficio también.  ¡Ponte a prueba y verás! ¡Comienza HOY a dar el  EXTRA!