Igual que la radioactividad, que tiene usos positivos y que salva vidas y otros negativos que pueden acabarlas, existen deudas buenas y las deudas radioactivas o malas.

Con demasiada frecuencia he conocido personas que pierden el control de sus finanzas debido la mala decisión de endeudarse por razones que no son las más adecuadas.

Hay buenos motivos para endeudarse: hacer crecer tu negocio es una, pero conlleva un amplio análisis de ese endeudamiento que permita asegurar no solo el punto de equilibrio para la empresa si no el crecimiento esperado y la consiguiente generación de ganancias y flujo de caja.

Las deudas pueden “matar” la economía de cualquier persona o negocio, si no se usa el “traje” adecuado, o manteniéndose lo más lejos posible de ellas, tal como sucede con la radiación.

En su explicación más simple, en el momento en que adquirimos cosas innecesarias o que no están al alcance de nuestras finanzas y por eso usamos algún instrumento crediticio para tenerlo, estamos adquiriendo una “deuda radioactiva”, porque es tóxica.

Aunque puede ser que te convenzas que esas vacaciones soñadas las “necesitas” o te las mereces, no te aconsejo que las tomes a menos que hayas ahorrado de antemano para ello o puedas pagarlas en efectivo.

Por otra parte puedes endeudarte para adquirir bienes que aumentarán su valor con el paso del tiempo, como una propiedad, o para comprar algún bien o servicio que te genere ingresos más altos que el valor de la deuda adquirida. Es decir, esa deuda te sirve de apalancamiento para hacer crecer tus finanzas.

Si tienes necesidad de solicitar un crédito, o endeudarte, debes tomar en cuenta lo siguiente:

1.- Conserva el control de tus finanzas. Endeudarse, bien sea pidiendo un crédito a una entidad financiera o usando con descuido las tarjetas de crédito, es definitivamente una mala idea si no se han considerado todas las variables.

Muchas veces se usa el crédito contando con ingresos que todavía no se han materializado y ocurre que esos recursos no llegan ni tan pronto, ni en la cantidad que uno espera.

Al pagar a crédito un servicio o bien que necesites, estás amarrando tu futuro económico a ese compromiso. Lo más recomendable es adaptarte a tus ingresos, y vivir de acuerdo a ellos o incluso con menos de eso.

2.- Aprende a posponer. Tener en orden tus prioridades ayuda a evitar deudas y de ese modo no será necesario recortar tu presupuesto más adelante.

Aprende a posponer tus deseos hasta que tengas los recursos adecuados para concedértelos.

Vivir con deudas radioactivas tiene más que ver con la manera de pensar que con los ingresos que tienes. Caso contrario resulta esencial planificar tus finanzas tomando en cuenta el futuro a mediano y largo plazo.

3.- Evaluación constante. A veces no se puede ver claramente si se adquiere una deuda buena o una radioactiva, puesto que nuestro subconsciente siempre nos brindará poderosas razones para premiarnos con ese gasto.

Cuando tengas dudas, piensa un poco:

  • ¿Realmente lo necesitas?
  • ¿Lo necesitas ahora o puedes esperar hasta haber ganado el dinero para comprarlo?
  • ¿Cuánto más caro será si lo compras a crédito?
  • ¿Cómo afectarán las cuotas a tu presupuesto mensual?
  • ¿Tendrás que sacrificar otras cosas para poder pagar las cuotas?
  • ¿Vale la pena sacrificar otras cosas para obtener eso?
  • ¿Qué tan agresiva es la inflación que posponer la compra, aunque sea en un tiempo breve, produce el precio aumente a niveles inalcanzables?

Consigues ahorrarte mucho dinero si haces esa evaluación con frecuencia, y evitar quemarte con la radioactividad de una deuda tóxica que comprometa tu presente y futuro. ¡Puedes hacerlo!