El presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, dijo en alguna ocasión que “un hombre inteligente es aquel que sabe ser tan inteligente como para contratar gente más inteligente que él” y en esa frase resumió una premisa básica de los negocios: Integra a tu organización a los mejores.

Si contratas personas que no llenan los estándares del puesto para el cual los estás empleando, o no destacan por sus cualidades, esa organización está más propensa a tener dificultades de alcanzar sus metas y objetivos.

Ahora bien, ¿Cómo contratar a los mejores talentos sin sucumbir en el intento?

1.- La prisa es mala consejera: No permitas que la prisa por llenar una vacante presione o influya en la decisión, a la hora de contratar al talento. Tómate el tiempo necesario, traza la estrategia, diseña la entrevista, planifica las preguntas, involucra a otros integrantes del equipo en las consultas.

Recuerda que el elegido formará parte de tu  organización, y por ende, tarde o temprano,  podría tocarle contribuir a decidir o determinar el presente y futuro de tu negocio.

2.- No eres una fundación benéfica: Si bien tu familia es tu piedra fundacional, a  veces incurres en el error de darle la oportunidad de ingresar a tu negocio a algún familiar, porque, por ejemplo,  el pobre no ha logrado obtener un trabajo, y entonces decides “ayudarlo”, sin percatarte siquiera si esta persona reúne o no el perfil del cargo que buscas llenar.

En caso de que esta persona no tenga un buen desempeño y requieras dar una reprimenda o salir de ese recurso, créeme que al tratarse de la familia, se hace mucho  más difícil. Por ello te invito a mantener siempre el foco en el mejor perfil. Recuerda que la familiaridad puede socavar el profesionalismo a la hora de contratar.

La contratación de un Talento resulta estratégico para el Futuro de tu Negocio

3.- No toda recomendación es buena: En este afán por encontrar rápidamente la persona para el cargo que tienes vacante en tu negocio, pides a tus aliados que te recomienden a alguien. Esta alternativa trae sus riegos, pues el hecho de que un personal haya funcionado de forma eficiente en otro negocio, no significa que en automático, va a desempeñarse adecuada u óptimamente en el ambiente de trabajo que le ofreces.

4.- Valores: Debes asegurarte que el aspirante  profese tus valores. Por ello, debes dedicar tiempo y esfuerzo en escribir, explicar y divulgar los valores bajo los cuáles debe operar tu equipo de trabajo para que, juntos, cumplan los objetivos de tu negocio. Y esa garantía la obtienes haciendo uso de los test adecuados, selecciona aquellos que detecten los valores con los cuales los aspirantes se identifiquen.

5.- Investiga: Pide referencias y tomate el tiempo de investigarlas, haz las llamadas necesarias, verifica la información aportada por el aspirante.

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6.- Tiempo de Prueba: Debes asegurarte que todo ingreso sea sometido a la debida inducción y capacitación y, en los términos de su contratación, establecer un período de prueba de tres meses, lapso que te permitirá evaluar si esa persona es la idónea para el cargo.

Definitivamente, el tiempo es el mejor aliado y consejero durante todo el proceso de contratar a tus empleados.

7.- Evaluación: Valora constantemente el desempeño de tu fuerza laboral. El proceso de análisis de nuevos recursos trae consigo, y es algo positivo, la posibilidad de analizar el rendimiento de los integrantes actuales del equipo. Nos preguntamos quién está aportando “la milla extra” o quién está por debajo de las expectativas y ofreciendo un pobre desempeño. La conclusión lógica de este análisis, es hacer los ajustes necesarios, siempre con la mirada fija a mejorar el desempeño del equipo y con ello, mejorar la rentabilidad de nuestro negocio.

Tómate el tiempo que estimes necesario, la contratación de un talento es estratégico para el futuro de tu negocio. Recuerda que la familiaridad y la prisa no son compatibles con el profesionalismo y la excelencia.