Aumentar o sostener en el tiempo el precio al público de lo que comercializas, ya sea un servicio o un producto, te lleva a generarte preguntas sobre cómo pueden reaccionar tus clientes, ¿Seguirán comprándote o se irán hacia la competencia?

Como ya sabes, el elevar el valor final, es una de las estrategias que puedes usar para generar mayores ingresos y aumentar directamente tu margen de ganancia, y como todo en los negocios, hay varios factores que iniciden en esta decisión. ¿Cómo se ubica en el mercado el producto que comercializas o el servicio que prestas? Si se trata de un mercado donde hay muchos compradores y vendedores, entonces ninguno tiene un efecto importante en el precio ni en el volumen de producción. Puedes hacer pequeños aumentos no mayores del 10% y desplegar estrategias para mantener la fidelidad de tus clientes.

Pongamos el caso de mis mascotas, para mantenerlas aseadas yo uso un servicio de peluquería canina. Su manager se comunicó conmigo la siguiente vez que los contraté, para indicarme que subió ligeramente sus precios. A pesar de eso no lo dudé en seguir contratándolos, porque sus dependientes son de trato muy agradable y esmerado, el servicio es puntual, siempre mi perritos llegan felices, olorosos, impecables y me los traen a mi hogar, no voy a cambiar eso por ahorrarme unos pesos menos en otro sitio más económico.

¿Es tu producto único en el mercado? en ese caso los consumidores son menos sensibles a las variaciones del precio, pero si llegas a incrementarlos precios muy por encima de los márgenes razonables, el público puede evaluar dirigir su atención hacia un sustituto.

Considera el mercado de Apple. Es único, y los consumidores cada año hacen colas para adquirir los nuevos artículos que sacan al mercado.

La siguiente vez que estés pensando en cambiar tus precios, haz cuentas. Calcula cuánto más (o menos) necesitarás vender en comparación a cómo estás ahora. Si parece razonable, adelante. De lo contrario pasa a otra estrategia para generar utilidad y sobre las cuales hablaremos en las siguientes entregas.Si fijas tus precios muy abajo, ¡irás a la quiebra! Y si los fijas muy altos ¡irás a la quiebra!. En el caso de fijarlos muy bajos, terminarás con un volumen muy grande de ventas (con un margen muy pequeño) pero no con utilidades suficientes para cubrir tus gastos fijos. En el caso de fijarlos muy altos, aún y cuando ganas mucho con cada venta, no tendrás las suficientes ventas o ingresos para generar utilidad.

Una de las consideraciones que debes hacer para saber cuándo y cuanto aumentar, es el tener claro cuál es el punto de equilibrio de tu negocio. En otras palabras, ¿cuántas ventas o número de clientes tengo que hacer al día o la semana, para poder cubrir todos mis costos y gastos?, y a partir de ahíestablecer mis utilidades.

No tengas temor a aumentar tus márgenes de ganancia, si estos están en un rango razonable, en general tus clientes lo aceptan y aquellos que pueden quejarse, o no compran más, son en definitiva una minoría sin mayor impacto en tus números.