¿Alguna vez has estado en una situación en la cual tienes todas las condiciones favorables para que emprendas alguna acción y no lo haces? Me refiero a acciones como iniciar ese hobby que siempre quisiste, cultivar un hermoso jardín, mejorar la forma en la que te alimentas, hacer ejercicios… la lista de actividades puede ser infinita. Siempre terminas preguntándote lo mismo, ¿por qué no termino haciéndolo?

La razón principal es que vencer la inercia requiere un esfuerzo tan grande que el inconsciente se resiste a hacerlo. Lo cierto es que el cerebro y, en general,  tu cuerpo, siempre están buscando la manera de ahorrar energía para poder subsistir, y cuando decides salirte de tu rutina para iniciar un mejor  régimen alimenticio, ejercicios, nuevos estudios o actividades, tu inconsciente busca la manera de detener a tu razón, a tu consciente, para no salirse del estado actual.
Creo que una de las situaciones más comunes es cuando decidimos iniciar la práctica de algún deporte o actividad física. Hay millones de programas de televisión, productos “maravillosos” para hacerte perder grasa “sin esfuerzo”, libros, ponencias, exhibiciones, coaches deportivos. No creo que haya alguien que no esté convencido que el hacer ejercicios tiene un impacto positivo y duradero en el cuerpo, en el ánimo, en la mente, en la apariencia…. , ¿Y por qué nos cuesta tanto mantener un régimen de actividad física?
No tengo un mejor ejemplo que ofrecerte que el de Alis, una emprendedora con un nivel de energía impresionante, apasionada por su trabajo, pero tiene un lado oscuro  que no la hace sentir bien, y es que, hace mucho tiempo,  ha querido hacer ejercicios y no lo hace,  pese a que tiene las condiciones puestas en charola de plata. Me refiero a que tiene un espacio en su departamento con una moderna caminadora,  es vecina de un club social que cuenta con modernas instalaciones para ejercitarse que le queda  ¡a doscientos metros de distancia de su casa!, conoce la necesidad de mantener actividad física regular y maneja su propia agenda. ¿Entonces cuál es la razón por la que no logra comprometerse a largo plazo?
Cada día, inicia sus mañanas con un diálogo interior entre su subconsciente saboteador y su razón, donde, por lo general,  las excusas para evitar hacer ejercicios “ese día” terminan  imponiéndose.
Cae en el auto sabotaje por medio de una conversación interna del “hoy no puedo, mañana si”;  pero ese día  “tampoco puede”, o durante la mañana dice que iniciará “en la tarde”,  en fín, postergando o poniendo excusas.  Alis finalmente dijo. “Es Hoy”. Dejó de escuchar su subconsciente y sus excusas. Decidió que debía colocar los ejercicios en la misma prioridad de ejecución que ducharse cada día, cepillarse los dientes o atender a sus hijos. hacer la agenda del día con los ejercicios incluidos, no de forma optativa.
Ahora Alis vive su vida un día a la vez, venciendo su inercia y aprovechando el tiempo que pasa en la caminadora  viendo, en su tableta, aquel programa de cocina que tanto le gusta. Lo que le hizo sentido fue  darse cuenta que su salud no podía seguir deteriorándose por lo que, para poder estar bien y rendir al máximo, su cuerpo tiene que estar sano.
Ahora es tu turno: encuentra  tu verdadera razón para hacer esa actividad necesaria , seguramente la descubrirás justo frente a  tus ojos, ¡en tu charola de plata!