¿Alguna vez te ha surgido una buena idea mientras conversas con otras personas? ¿O quizás compartir una charla enriquecedora llena tu cabeza de ¡ideas creativas!?
Cuando tienes un excelente proceso de comunicación, donde las ideas fluyen y te sientes cómodo hablando con otras personas, seguramente te han surgido muchas ideas, puesto que tu cerebro está atento, con la creatividad despierta, y eso propicia que te vengan pensamientos innovadores.
Justo en ese momento en que tu mente desarrolla una buena nueva idea, los ojos te brillan, tienes una sensación de urgencia y seguramente ese mensaje está pasando por trillones y trillones de conexiones neuronales, ¿Te ha pasado alguna vez? Seguro que sí, sin embargo, así como te he descrito esta sensación que es como una explosión intelectual, lamentablemente es un evento efímero, que caduca muy rápido y termina por olvidarse.
Es Como un destello de luz que, al apagarse, se guarda en algún lugar de tu mente y quien sabe cuándo vuelve a aparecer si no haces algo justo en el instante en que la recibes. Entonces sería magnífico aprovechar esa oportunidad, porque la verdadera razón por la cual no se cristaliza esa idea, es que la mayoría de las veces no se toman acciones inmediatas y ese grandioso pensamiento termina por olvidarse.
Una buena práctica para aprovechar tu buena idea sería verbalizarla. Es decir, compártela, dila, una vez que la hablas, tu mismo la escuchas y ya pasa a ocupar otro lugar en el consciente de tu cerebro.
Luego de esto, no la dejes en el tintero, por descabellada que en un principio te parezca. Da el primer paso, aunque sea un paso tan sencillo como sacar tu celular y hacer una nota de voz y guárdala con ese pensamiento.
Imagina lo que hubiese ocurrido si los hermanos Wright hubiesen desechado su sueño de construir una máquina que les permitiera volar que los convirtió en los pioneros de la aviación el 17 de diciembre de 1903. Actualmente, el empresario británico precursor de la aerolínea Virgin Airlines, Richard Branson, ha dado un impulso increíble a los vuelos interestelares gracias al proyecto en que trabaja, desde hace años, de ofrecer viajes privados al espacio.
Recuerdo a un coachee que era muy reservado y de pocas palabras. Durante el proceso de coaching se logró que se sintiera en confianza y me comentó que una de las cosas que más valoraba de nuestras sesiones era que podía expresar lo que sentía y a partir de ese momento le comenzaban a surgir excelentes ideas para expandir sus oportunidades de negocios. ¿Puedes tu aprovechar así tus ideas?
Verbalizar es justamente el primer y más valioso paso que te acerca a hacer esa idea realidad. Acto seguido hazte una batería de preguntas tales como ¿Cuál es la forma para comenzar a cristalizar esta idea? ¿Lo haría yo solo? ¿A quién necesito? ¿Cuál sería la inversión inicial? ¿Con qué recursos financieros cuento?.
Si luego de pasar por todos esos filtros tu idea sigue luciendo atractiva, no claudiques y abraza tu sueño. Puedes aprovechar la cena de año nuevo para fomentar unas buenas conversaciones, ¡Quién sabe si justamente cuando estas saboreando ese trozo de pechuga de pavo en la cena del 31 de diciembre del año nuevo, te llega la idea millonaria que cambiara tu vida a partir del próximo año!.